lunes, 27 de abril de 2015

Siguiendo el ritmo: Poesía & Jazz

Allí donde se estrecha el valle del río Aragón, parece mantenerse todo en calma. Se alarga el instante y recuperamos la buena costumbre de la tranquilidad. Al fondo, últimos picos aragoneses y pirineo francés, con la última nieve.
Todo el mes de marzo sin una entrada en este blog, lugar que no actualizaba desde febrero. Cualquier excusa es mala. Con este regreso quisiera, de nuevo, volver a publicar asiduamente con un ritmo que sea, al menos, semanal. La imparable actividad con la asociación cultural Ateneo Jaqués, así como el mantenimiento de su propio blog, la celebración del centenario del nacimiento de Frank Sinatra y las continuas actualizaciones de su página en Facebook, han propiciado que la actividad en mi blog personal, así como el tiempo reservado para escribir, disminuya y se reduzca considerablemente. En cualquier caso, esta entrada es un propósito de enmienda y un intento de reservar, cada día, un pequeño momento de silencio y escritura para poder, al menos, una vez por semana, actualizar este discreto rincón que siempre ha sido tan vital para mí. Pido disculpas a los asiduos visitantes por la demora pero espero no volver a repetir este descuido. Para retomar el ritmo, ¿qué mejor que poesía y jazz? Una fusión que últimamente, hemos experimentado con Ateneo Jaqués, a partir del Club de Jazz de Jaca, en el mes de marzo. El pasado jueves 23 de abril, Día del Libro, ofrecimos un recital de poesía y jazz en la plaza del Ayuntamiento de Canfranc Estación. Allí, entre otros, sonó este poema, con el fondo de Mañana de Carnaval.

Javier Castán, Sergio Iguacel, Mario Cantabrana, Lucía Pons Escrich, un servidor y Javi López, tras el recital de Canfranc.

Son las tres menos cuarto de la noche
mientras, barruntan desierto todas las ciudades.
Desierto de lienzos en blanco y dudas de arena
para pintar nuevos idiomas,
donde las calles aspiran a refugio y quedan
incompletas.

Son las tres menos cuarto y esta noche quiero ser libre.
Deja mecer mi voz
en el saxofón rampante de un verso,
improvisar;
déjame ser dios,
escudriñar 
los tonos azules que adquieren, de madrugada,
los rostros que roba el demonio.
Premisa primera y última: No seguir el cauce,
desbaratar todos los ríos. 

El mar es caótico pero está afinado.
Poesía y jazz, dos amantes destinados a entenderse.
Chispazos que tienen sabor de neón
donde se quiebra una palabra, una luna.
Trompetas en un cajón
huyendo de labios acostumbrados.

Son las tres menos cuarto.
Estrenamos un nuevo mundo.
¡Bienvenidos al Club!


Ha habido varias versiones ya de este poema. Cada lectura es distinta. Así sonó en Canfranc.
Aquí podemos ver un fragmento de otra versión.
Poesía&Jazz, dos amantes destinados a entenderse. Espero que os haya gustado.