Y nos es tan complicado... Basta con levantarse temprano, una mañana gris y lluviosa de finales de otoño. Basta con caminar bajo las buhardillas que no han apagado sus luces en toda la madrugada, dejarse llevar por la bohemia solitaria... y llegar a un pequeño Café, con música francesa, con flores, con pintura, con fotografías en blanco y negro, dedicadas al jazz. Basta con pasear las viejas calles cercanas al Coso, la plaza de las catedrales y derivar, después y sin remedio, a la orilla del río. Pasar los puentes y visitar un parque de la rivera, refugiarse del cierzo, levantar el cuello del gabán y seguir caminando. Aquí no hay un faro que nos guíe en la tempestad, no existe Eiffel para el vagabundo del Ebro pero ¡qué carajo! ¿hay mejor faro que la torre de la Seo para encauzar nuestro rumbo?. Esta mañana me apetecía hacer de Zaragoza un París canalla.
Pasaje del ciclón (Zaragoza) |
…me gusta pasear
bajo las luces
en el pasaje del ciclón
(mi huracán particular),
cuando los comercios
levantan sus persianas
al nuevo día,
cuando tus pestañas
abanican los sueños
de esta ciudad.
Y te espero.
Aunque me sienta flor de plástico
en la terraza
de un Café Botánico,
escucho música francesa
y recapitulo palabras en tus labios.
Dices bésame, en Inglés
y es el nombre de un pequeño restaurante,
pero yo deseo besarte
cada instante
que se detiene junto a ti.
Esta mañana de invierno
no estás en el Café Botánico.
Flores marchitas se desparraman por las paredes.
Ayer comentaste que querías mudarte
al otro lado del río.
Pero mañana será hoy.
Seguirás presente en esta orilla,
cuando mil palomas
lleven mis poemas
al otro lado del río
y tú, sin darte cuenta,
pienses que el cierzo
silba tu nombre
y te rodea con sus alas,
cálidamente…
amándote.
Excelente poema, querido Marcos. Un abrazo!
ResponderEliminarBuenoooo.... hoy no puedo más que enviarte un abrazo inmenso por esa visión tan bella de mi ciudad.
ResponderEliminarEl poema estupendo.
Mucha suerte en Sabiñánigo.
ResponderEliminarY sin duda es un poema muy hermoso.
Qué maravilla de poema, Marcos...Y ese pasaje de Zaragozano bien podría ser uno de los tantos pasajes que hay en las calles de París.
ResponderEliminarMucha suerte con la presentación del libro!.
Un beso.
Buen poema, Marcos. Me resulta bello y cercano. Un abrazo
ResponderEliminarCreo que tendré que reinventarme la ciudad... tienes razón...
ResponderEliminarHoy viviré en este psudo-París
Besos abisales
No cabe duda, hay que visitar Zaragoza y comprar el libro.
ResponderEliminarAbrazotes
"Flor de plástico en la Terraza".Maravilloso Marcos al igual que acompañar el poema con la voz de Sole y el paseo otoñal y sobre todo que me has puesto los pelos como escarpias pues viví cuatro años en lo que yo llamaba cariñosamente "El otro Sabi" en el puente de Sardas al otro lado del río Gállego.Me encantaba una vieja peluquería -ya hace años que cerró-de esas de sillones antiguos de skay y cuyo peluquero ya abuelete hablaba fabla con los clientes del lugar.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, un magnifico poema que nos acerca tu ciudad a los forasteros. Espero que, como en la canción, no desaparezcan esos rincones de la Zaragoza bohemia.
ResponderEliminarSuerte con el libro. Un saludo
Cada día escribes mejor, Marcos. M encanta el poema, pero la introducción también es preciosa.
ResponderEliminarCruz
Poema muy muy evocador... un placer leerlo.
ResponderEliminarAmaya
Un bonito poema, con un estupendo arranque.
ResponderEliminarJavier
Gran (y merecido) regalo el que le haces a Zaragoza con estas letras, y gran regalo también para todos nosotros que te leemos.
ResponderEliminarAbrazos.
Un gran poema y ese pasaje de Zaragoza es precioso, en mi próxima visita a Zaragoza no quiero pasear por allí. Seguro que su ambiente es más parisino que la trampa para turistas en que se ha convertido Montmartre. En todos los cafés se veían camareros con boina y camiseta a rayas como el Gene Kelly de "Un americano en París".
ResponderEliminarAbrazos. Borgo.
Espero que la presentación del libro por Zaragoza esté siendo un éxito y llegue a otras zonas de España.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo, amigo Fran.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado esta visión tan parisina de Zaragoza. Besicos Laura.
Sabiñánigo estuvo muy bien, Roberto. Ya te contaré. Abrazos.
Ese pasaje es una de mis zonas favoritas en Zaragoza, Myra. Muy parisino, sí. Besos.
Mil gracias Anaís. Me alegra. Besos.
Me gusta ese pseudo-París, Abismo jejeje. Besos.
Está claro Jonhan, sobretodo comprar el libro. Pero para comprarlo no es necesario venir a Zaragoza. Es suficiente escribiendo un correo a escribiendoesperanza@hotmail.es Abrazos.
Qué maravilla, Yuri, ese peluquero hablando fabla con los clientes. Todavía hoy en estos pueblos del pirineo se escucha la fabla aunque, la verdad sea dicho, cada día menos. Abrazos.
Bueno, quizá cada día más diluidos pero la Zaragoza bohemia sigue estando presente. Solo hay que abrir los ojos, elpresley. Abrazos.
Eres muy amable, Cruz. Muchas gracias. Me alegran mucho tus palabras. Besos.
Gracias Amaya. Besos.
Un abrazo agradecido, amigo Javier.
Gracias Kinezoe. La ciudad también es amable con uno, en ciertas ocasiones. Abrazos.
Supongo que querías decir, Miquel, que en tu próxima visita a Zaragoza querrás pasar por ahí jejeje. Puede que hoy sea más parisino que el actual París, sí. Abrazos.
Espero que llegue por Valencia, Mucipa. Estamos en ello. Gracias. Besos.
Precioso!
ResponderEliminarAsí es esta ciudad que compartimos, amigo. Un abrazo Mr. Lombreeze!
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarBuena combinanción Zaragoza - París jaja
(Me evocas otro grato recuerdo)
de calles empredradas y de adoquines de caramelo
de un Puerto Venecia que sin barcos se alza como vela al viento
De la Delicias donde deseo volver a bajarme de tren prontito
Biquiños o besicos
En concreto, esa zona de Zaragoza es muy parisina. Adoquines de caramelo...jejeje Muy zaragozano esto. Puerto Venecia ya no me gusta tanto. Soy más clásico. Ya podría zarpar y dejar el puerto sin mar...como antes. Y Delicias también ha sido para mí un barrio muy... caminado. Biquiños Coté Mellaman.
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