Así estaba hoy la tarde, rojiza y lenta, desde el salón de nuestra casa |
Una sombra de reptiles
se extiende por la senda ciudadana.
Garras que se alargan
y quieren atraparme
en una yedra nacida del asfalto
que busca río
y no encuentra más que este sumidero
de aguas viscosas.
Ojos de reptiles son las ventanas de los edificios.
Me vigilan en esta madrugada de insomnio,
de fichas que no valen nada
y puertas que dan al patio
de la senda tenebrosa.
Pero las uñas de sus garras
no son tan largas…
El aroma que hiede la noche
surcando el río
no atrapa lo suficiente
para quedarme aquí un minuto más.
Hoy de mis cuadernos
sacudiré el polvo de esta ciudad.
Me han brotado alas en la espalda
que llevan tu nombre.
Esta noche los reptiles
se han quedado sin cenar.
Rodeado de ruletas rusas sentenciadoras y personajes decadentes perdiendo el tiempo y la vida en el Casino de Zaragoza, en uno de mis últimos días como persona empleada, escribí este poema.
Ahora empleo mi particular tiempo ganado en escribir, amar, ser amado... en definitiva, en vivir. Porque no hay mal que por bien no venga y mal que por bien no viene, no te conviene.
Hace unos días, en mi estimado Pirineo Aragonés, tuve el placer de coincidir con el músico Kike Ubieto. Aprovecho la ocasión para animaros a acercaros a sus letras y sus ritmos. Este tema, puro Ragtime, se titula Cretinos de prestigio.
Precioso poema,has hecho muy bien, en no trabajar en ese antro de perdición, donde les quitan el dinero, a personas ciegas por el juego, donde va la gente más pobre, a probar suerte, si saber que el lobo está detrás de ellos,...eres un gran poeta, tus poesías son hermosas, me gusta la idea, de darle música a tus versos, abrazo poeta. kika.
ResponderEliminarBuen ritmo lleva este tema musical y preciosa fotografía... Tu poema, exquisito como siempre. ¿Lo que más me gusta de esta entrada? Que emplees tu particular tiempo ganado en escribir. Muchos besos, Marcos.
ResponderEliminar"Me han brotado alas en la espalda que llevan tu nombre". Precioso, Marcos. Un abrazo.
ResponderEliminar"Me han brotado alas en la espalda que llevan tu nombre". Precioso, Marcos. Un abrazo.
ResponderEliminarGran poema, querido Marcos, iba a destacar un verso pero ya lo ha hecho Roberto... un abrazo!!!!
ResponderEliminarGracias afro charrua. No es que tenga nada en contra de los casinos pero es cierto que este poema lo escribí en uno de ellos, durante un tiempo de descanso. Nada, te invito a que musicalices estas palabras si quieres. Gracias por pasar.
ResponderEliminarPuro Ragtime, Clementine. Tuve ocasión de disfrutarlo en directo. Seguiremos ganado tiempo. Gracias amiga. Besos.
Gracias por partida doble, amigo Roberto. Un fuerte abrazo.
Amigo Fran, encantado de encontrarte por aquí. Un fuerte abrazo.
Creo que te estás montando muy bien ese tiempo sin trabajo pagado, porque hay trabajos magníficos que nadie reconoce con un salario. La pena es que nos necesitamos vender, aquellos que vivimos de nuestro trabajo, por un salario.
ResponderEliminarEl poema es una maravilla, a Kike Ubieto no lo conocía y me ha gustado (xd que sentido del humor) y mis mejores deseos para que vuelvas a tener un salario y puedas hacerlo compatible con tu bella creatividad.
Y un abrazo (que bonita la foto).
Pues aquí seguiremos montándonoslo de la mejor manera posible, Laura. Afortunadamente, comentarios como los tuyos dan alas y fuerza para seguir con ello. Besos.
ResponderEliminarBuen poema. Lo mismo le hacen a usted poeta oficial de Euro Vegas.
ResponderEliminarLo mismo... Pues espero que, al menos, genere tantos puestos de trabajo como prometieron (la voz del iluso) Abrazos Cahiers.
ResponderEliminarNo está nada mal eso de quitarse el polvo de una ciudad y disfrutar del raro privilegio de sentir brotar unas alas en la espalda: hay muchas ciudades que desnudar, Marcos, y ninguna es sagrada pero muchas son malditas, y siempre será mejor jugar tus propias bazas que seguir dejando que el juego, señores, lo hagan los demás, a sabiendas que la banca siempre gana. Ojalá el sistema nos permitiera escribir, amar, ser amado, vivir nuestro tiempo… Suerte, amigo.
ResponderEliminarY muchas ciudades que escribir, Juan. Esperemos saber jugar nuestras bazas. Un fuerte abrazo, amigo y te deseo también mucha suerte.
ResponderEliminarLas primeras líneas me sugieren nubes, serpientes.
ResponderEliminarY al final encuentro esa desazón de estar en el lugar equivocado, a todos nos pasa.
Me alegra que ya estes viviendo, y que de un mal surgiera algo mejor para ti.
Saludos, Marcos.
Ganarás la partida al tiempo de ahora en adelante...estoy segura de ello. Escribes muy bonito, amas y eres amado...poco más necesitas.
ResponderEliminarUn beso, Marcos.
Hola Marcos,
ResponderEliminarUn poema precioso pero muy triste.
Transmites muy bien los sentimientos negativos tras el abandono del casino, plasmados en este poema de manera muy oscura.
Como bien dices, mal que por bien no viene, no te conviene.
Un abrazo Marcus.
Ese es el sentimiento indicado Beatriz. Gracias por pasar a leer y a sentir a través de las palabras. Saludos.
ResponderEliminarGracias Myra. Ganarle la partida al tiempo es difícil pero en eso estamos cuando escribimos, supongo. Besos.
Hola UTLA. Dicen que de una experiencia negativa siempre se puede escribir algo positivo. Un abrazo y gracias por pasar.
Comparto el poema entero, comprendo muy bien la sensación de ver las serpientes divirtiéndose mientras otros las cuidamos...
ResponderEliminarAprovecha las alas mientras puedas y disfruta la montaña...
Un abrazo enorme
Gracias por compartir y comprender estas serpientes, Jonhan. Seguiremos. Existen alas que no se pueden cortar. Abrazos.
ResponderEliminarNo dejo de mirarme la espalda de reojo a ver si veo que asoman... ay, alas...
ResponderEliminarUn beso, precioso poema (como siempre)
Enhorabuena por esas alas!!! Estro ya me recuerda a "Qué bello es vivir!" y al angelito Clarence reclamando sus alas jeje. Muchas gracias por pasar, Lula. Besos.
ResponderEliminarMuy bueno el poema: a metaforsearse tocan, Mr. Samsa.
ResponderEliminarSaludos.
A metamorfosearse! Gracias Licantropunk! Saludos.
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