La lámpara (Antonio López) |
reposa en tus pestañas,
mientras un beso
descifra las runas de mi piel.
-Abandonar los paisajes comunes
es recomenzar-
Hay un amanecer, después del tiempo,
y una llama
prendida en la brisa,
danzando febril
en la calle más desierta.
(Este poema se titula Hacia un nuevo paisaje y desconozco si lo había publicado ya o no en algún blog. En cualquier caso, si es así, pido disculpas pero hoy me apetecía especialmente subirlo a este sitio. Pertenece a un poemario inédito titulado Estatuas de sal y es su epílogo)
*"La lámpara" de Antonio López es una obra que siempre me ha parecido muy inquietante. Como en otros cuadros como "La alacena", "El reloj", "Mari en Embajadores" o "La tabla", mezcla distintos paisajes y elementos irreales en la misma composición. En "La lámpara" además de la figura central que da nombre a la obra y de la mujer, un tanto enigmática, que se dedica a la limpieza del elemento principal, podemos ver un plato flotando en el aire. Pero lo que realmente me llama la atención es el paisaje de la calle nocturna. En este pequeño "reducto" al aire libre (fuera de la habitación en que se presenta la escena principal) observamos a dos personas que caminan juntas, a la tibia luz de un farol, por una calle desierta, llena de charcos que, sin embargo, es iluminada por una luz más potente que proviene de un candil imaginario y que, probablemente, procede de la misma habitación que la lámpara. La sensación de libertad y esperanza que me produce esta escena, fuera de la habitación donde ocurre la acción principal, es asombrosa. Me ocurre siempre que tengo la posibilidad de ver esta obra. Esta llama, sin candil, se repite en varias obras de Antonio López. Una de ellas es "El reloj", donde aparece como una media luna.
"El reloj" (Antonio López) |
Qué bueno, muy buena idea traer aquí a Antonio López, un pintor excepcional (uno de mis favoritos, desde luego). No dejes de ver "El sol del membrillo", de Erice.
ResponderEliminarAbrazos
Marcos, buen poema y excelente idea la de mezclar pintura con poesía siempre son buenos aliados. Genial elección esta obra.
ResponderEliminarUn abrazo
Impactante, desde luego. Tuve la poportunidad de ver "EL sol del membrillo" proyectado en una exposición que se organizó de Antonio López en Bilbao. Aún con los inconvenientes de verlo en una sala de exposiciones, lo disfruté mucho, Alfredo. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre buenos aliados, está claro Anaís. Un fuerte abrazo y gracias por pasar.
Un precioso poema y las obras de Antonio López muy interesantes.
ResponderEliminarUn beso.
Ana
... Los cuadros de Antonio López me han parecido llenos de misterios e incógnitas. Un placer explorar por ellos.
ResponderEliminar"El frenético ritmo de la ciudad
reposa en tus pestañas"
No sabes la cantidad de imágenes e historias que llevan dentro estos versos...
Besos
Hildy
Me gustan mucho estos versos:
ResponderEliminar-Abandonar los paisajes comunes
es recomenzar-
Y sí, esos cuadros de Antonio López son inquietantes, extraños.
Besos
Es un epílogo muy bello, como un principio. Antonio López es un artista excepcional.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Ana por pasar y por tus palabras. Un beso.
ResponderEliminarHola Hildy. Muy cinematográficos me parecen ambos. sí, en esas pestañas, supongo, se mecen muchas historias donde el tiempo parece detenerse. Gracias por pasar. Besos.
Es que, además, son ciertos Elvira. Me alegra que te haya gustado. Besos.
Gracias Jonhancome. Un abrazo.
Yo no recuerdo haberlo leído antes, y poco importa si ya estaba publicado, es bonito y sugerente y los cuadros impresionantes.
ResponderEliminarBesos
Pilar
Tus letras le van que ni pintadas a la escena inferior del cuadro, supongo que por eso recuperaste el poema.
ResponderEliminarLo que más me ha llamado la atención es que en ambas imágenes la luna está en cuarto menguante.
No recuerdo haberte leido éste poema pero sin duda es misterioso como la escena que el pintor nos muestra y el del reloj es el más adecuado a éste tiempo detenido.
ResponderEliminarSolo los artistas entienden el lenguaje en el que se expresan, los demás se acercan con admiración.
Un entrada muy apropiada para hacer una pausa. Solo te falta la maravillosa música que siempre le añades.
Un beso, Marcos
Hola Pilar. Me alegro de que te hjaya gustado. Acertar con los cuadros de Antonio López, sin embargo, es muy fácil. Mil gracias por venir.
ResponderEliminarPor eso, efectivamente, G. En efecto, esa luna en cuarto menguante es la llama del candil inexistente.
Hola Abril, eres muy amable, mil gracias. Es verdad, hoy la ausencia de la música no es muy explicable. Besos
Si no ha sido publicado has hecho justicia, es un texto muy bello y los cuadros impresionantes. ¡No olvides la música la próxima vez! Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarA ver si vemos pronto ese poemario publicado... Y genial la inclusión en Antonio López; un artistazo.
ResponderEliminarUna entrada esta muy rica. No conocía esos cuadros, me han gustado al igual que tus letras.
ResponderEliminarAbrazos Marcos.
"El frenético ritmo de la ciudad
ResponderEliminarreposa en tus pestañas" y claro, al tiempo no le queda otra que detenerse. En tu poesís siempre hay versos que brillan,
Anímate con el poemario, será un placer leerlo seguro.
No la olvidaré, Miquel. Prometido. Gracias por pasar, amigo.
ResponderEliminarSerás el primero en saberlo, Roerto... Me alegro que te haya gustado. Un abrazo.
Antonio López es de mis artistas actuales preferidos. Abrazos acróbata.
Hola Cruz, bienvenida por aquí. Me alegra verte. Gracias por tus palabras. Besos.
Antonio López es un pintor curioso con un estilo personalísimo...
ResponderEliminarGracias por traerlo hasta aquí.
El poema me gustó mucho; especialmente la última estrofa.
Un abrazo.
Gracias Laura. Me alegra que te haya gustado esta entrada. Besos.
ResponderEliminar