miércoles, 15 de enero de 2014

Noches de Pabostría (buñuelescas) con Alfredo Moreno, 39escalones


Nuestro amigo Alfredo Moreno, más conocido como 39escalones, es el nuevo invitado en Noches de Pabostría. Nos sentamos a la mesa y hablamos de lo bien que sigue girando el planeta después de tanto tiempo. Cuando la conversación derivó al cine, una fotografía antigua se descolgó de la pared y acabó cayendo el suelo con el suave vaivén de una hoja de otoño. Se trataba de una fotografía donde aparecía el interior del Café Ambos Mundos, hoy desaparecido. Era, según decían, uno de los Cafés más grandes de Europa y uno de los mayores intentos que hubo en Zaragoza de crear un Café literario. De todas maneras, ambos mundos acabaron en el suelo. En ese instante, con la cena y las copas acabadas hacía tiempo, algo extraño sucedió entre los comensales. Deseaban levantarse de la silla, salir de aquella habitación, pero no podían. Por alguna extraña razón, debían seguir ahí, inmóviles, hablando de cine o lo que es lo mismo, de la vida. Era cuestión de tiempo que apareciera Luis Buñuel. Alfredo no nos había avisado pero le había invitado secretamente a la cena. Perdona Luis, porque no te pusimos cubierto. De todas maneras, desde que te fuiste, he notado que me falta un periódico en casa. Un día de estos voy a tu tumba y me lo devuelves. Gracias.

Alfredo Moreno trajo Mi último suspiro (Luis Buñuel) y nos leyó alguno de sus mejores fragmentos.





El uso frecuente de la pistola no es exclusivo de México. Se halla extendido por gran parte de América Latina, especialmente en Colombia. Hay países en este continente en los que la vida humana -la propia y la ajena- tiene menos importancia que en otras partes. Se puede matar por un sí, por un no, por una mala mirada o, simplemente “porque tenía ganas”. Los periódicos mexicanos ofrecen todas las mañanas el relato de algunos sucesos que asombran siempre a los europeos. Por ejemplo, entre los casos más curiosos: un hombre espera tranquilamente el autobús. “”¿Llega a Chapultepec?”. “Sí”, responde el primero. “¿Y para ir a tal sitio?”. “Sí”, responde el otro. “¿Y para ir a Santa Ángel?”"Ah, no”, responde el hombre interrogado. “Bueno -le dice el otro-, pues toma por los tres”. Y le mete tres balazos en el cuerpo, dejándole seco, como habría dicho Breton, un acto surrealista puro. 

 O también (…): un hombre entra en el número 39 de una calle y pregunta por el señor Sánchez. El portero le responde que no conoce a ningún señor Sánchez, que seguramente éste vive en el 41. El hombre va al 41 y pregunta por el señor Sánchez. El portero del 41 le responde que, sin duda alguna, Sánchez vive en el 39 y que el portero del primer inmueble se ha equivocado. El hombre vuelve al 39, llama al primer portero y le explica lo que pasa. El portero le ruega que espere un momento, pasa a otra habitación, regresa con un revólver y abate al visitante. Lo que más me asombró de esta historia fue el tono con el que la contaba el periodista, como si diese la razón al portero. El titular decía: Lo mata por preguntón. 

(Luis Buñuel en Mi último suspiro)

Alfredo Moreno en su libro 39 estaciones. De viaje entre el cine y la vida (Eclipsados 2011 y Literatúrame) dice de Buñuel: 

Es quizá el menos cineasta de los tres (refiriéndose a Hitchcock y Bergman), el menos dotado técnicamente de entre los grandes directores, y sin embargo probablemente es el que más se ha ganado en justicia el apelativo de artista puede que porque, en los términos que maneja Cocteau, su cine logra trascenderse a sí mismo, se eleva más que ningún otro a una categoría diferente, propia, superior y personalísima que, en palabras del escritor mexicano Carlos Fuentes, supone un caso único de consecuente puesta en práctica de los postulados teóricos de los surrealistas franceses pasados por la gran herencia cultural española de Buñuel, desde la escolástica a Goya, de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús a las generaciones literarias del 98 o del 27, de la picaresca y Cervantes a Benito Pérez Galdós y Gómez de la Serna, de Velázquez a Picasso.

Es un fragmento del capítulo Negando a Thomas de Quincey


Alfredo leyó otro fragmento de las memorias de Luis Buñuel Mi último suspiro. Podemos encontrar esta "segunda parte" de Noches de Pabostría en el blog de Lucía Papers de Bòtil

21 comentarios:

  1. Gracias a Alfredo por acercarnos a Buñuel, por tan buen rato compartido.


    No te escribo lo que quisiera y mereces, amo tus poemas y la dedicación que pones en ello. Amo los días a tu lado, las caricias, los susurros, las sonrisas, tus ojos. Veo luz. Y respiro, tranquila, cogida de tu mano. Feliz, puedo amarte.

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    1. Gracias a Alfredo. Solo él nos podía acercar a Buñuel. A lo demás que has escrito, te responderé como mereces, en la intimidad. ;)

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  2. Surrealismo puro: 39, nos has escamoteado tu jeta de sabio cinéfilo. Sé que lo has hecho a posta, para que no nos asustemos y podamos dormir tranquilos esta noche buñuelesca. Gracias. :-P

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    1. Sí, sí Mayusta, ha quedado una Pabostría muy surrealista. Pero ya si hubieras visto cómo se caía al suelo la fotografía de "Ambos mundos".... Vamos que a Buñuel le hubiera gustado filmar esta cena. Abrazos y gracias por pasar.

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  3. Si es que ya invitáis a cualquiera...

    Gracias, chicos, por un ratito tan majo, fenómenos para(a)normales incluidos. Da gusto conversar de cosas interesantes que nos evadan un poco de la morralla mediática general.

    Mayusta: soy el subcomandante Marcos de la Pabostría. No me puse pasamontañas porque con las gafas parezco La Mosca...

    Abrazos

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    1. Gracias a ti, Alfredo. La verdad es que fue un rato tan majo que se me olvidó el reloj, por una vez. Para otra ocasión a ver si nos recitas de memoria y así no tienes excusa para mostrar la jeta. Abrazos.

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    2. Vale, recitaré de espaldas...

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  4. La penumbra que no tiene su obra, le viene bien al rostro del autor. Hablo de Alfredo, claro.

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    1. Jejeje. Muy agudo Raúl. ¡Vaya, Agudo! Parece que también hablo de Alfredo...

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  5. Alfredo Moreno, un rostro para la radio. Qué voz, madre mía. Supongo que en el fondo todos nos escondemos tras los libros... Un abrazo grande a todos. ¡Viva Noches de Pabostría!

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    1. si ya nos había demostrado su voz radiofónica en los programas de Tea fm, en este video queda totalmente demostrado. Es una de las cosas que le dijo Lucía, que tiene una voz muy buena para la radio. Gracias Roberto por pasar. Abrazos.

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  6. He disfrutado de estos certeros balazos buñuelescos leídos a la luz de una vela y bajo la protección de unas copas de vino, con la intermitencia al fondo de un árbol de navidad y una gran foto de Sinatra presidiendo el espacio. Puesto que además se presiente la fuerza de la amistad en todo esto, ¿se puede pedir más?

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    1. Lo más importante, la amistad, desde luego. El decorado es un tanto surrealista. Leer a Luis Buñuel con un árbol de navidad de fondo y una fotografía en blanco y negro de Sinatra... ¿Le hubiera gustado a él? Abrazos Juan.

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  7. Que bueno lo del portero, donde vivía de pequeña, había un portero parecido pero sin arma. nos mataba con la palabra, nos mataba si le tocábamos el timbre de la portería, nos mataba si le ensuciábamos los cristales que mantenía siempre impecable, nos mataba por todo....

    saludos

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    1. Es una anécdota genial, Karin. "Mi último suspiro" está lleno de anécdotas y creo que es de lectura obligada. Gracias por pasar y bienvenida a este tiempo detenido. Saludos.

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  8. Vamos a ver, mi querido Marcos; yo conozco a ese tipo que lee a la luz de la vela. No he podido evitar mirar un poco más allá y ver un árbol de Navidad. Según en Mi último suspiro el genio aragonés cuenta lo mucho que detestaban los del grupo surrealista esos adornos. Es más, cuenta don Luis que estando una vez en casa de Chaplin, los surrealistas corrieron hacia el árbol y lo destrozaron...
    Es broma, amigo. Mi último suspiro es uno de los libros que más he leído en mi vida.

    Abrazos para ambos.

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    1. ¿Lo has reconocido? ¿Puedes leer a través de las tapas de un libro? jeje Lo del árbol de navidad es inevitable. Mira, Paco, al no tener sofa, la decoración navideña fue un buen pretexto para llenar espacios vacíos. Pero bien pudiera ser cierta esa anécdota que cuentas. "Mi último suspiro", creo que es de lectura obligada. Así que me obligo y lo leeré. Abrazos, amigo.

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  9. El último libro que he leído es precisamente "Los años con Laura Díaz"de Carlos Fuentes dónde a través de Laura se nos explica la historia de Méjico y dónde entre otros aparecen artistas como Frida y Diego Rivera,,Neruda y Buñuel.
    Tu entrada invita a retomar el cine de Buñuel hace tiempo olvidado en mis estanterías.
    Un saludo Marcos.

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    1. Yo me voy a poner a ello, Yuri. Una vez acabado el ciclo de Woody Allen, es una buena ocasión para Luis Buñuel. También recomendable, sin duda, "Los años con Laura Díez" Abrazos Yuri.

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  10. Otra fantástica Noche de Pabostría. Un regalo para esta noche lluviosa en Barcelona.
    No me sorprende mucho la historia de Buñuel. Si hay algún sitio donde todo puede suceder es México. Los relatos de Carlos Fuentes lo confirman.
    Buen nombre el de 39 Escalones. Hice la portada de la novela en que se basó el guión.
    Abrazos y cuidado con esa gripe que está azotando Zaragoza.
    Borgo.

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    1. Que amaine el temporal por Barcelona, a ver si aquí amaina la gripe. Es estupenda la historia de Buñuel. Hoy he visto "El discreto encanto de la burguesía" y cuentan una historia que recuerda a esta. La portada de "39 escalones" es estupenda. Bueno, ya lo sabes, la he comaprtido en Facebook. Un abrazo, Miquel.

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