...las hojas crecían en los árboles
como crecen las cosas en las películas
a cámara rápida...
(Scott Fitzgerald)
Arena fugada
de agrietada clepsidra,
sobre la mesa,
serrín del tiempo
se rinde al viento.
Aunque intente mecer las horas
sobre la azulada voz de Fitzgerald,
en Ella,
las cosas crecen rápido
y como en el cine,
se escapan,
en voz de Scott,
con la cadencia de un reptil
que muda su piel.
A partir de cierta edad incierta
acompaña el llanto de las hojas,
cuando todavía no es otoño.
Arena fugada,
vaga crisálida;
todo lo que resta es ya
resina del tiempo.
Para terminar quería agradecer a la bloguera Edith T. Stone poder participar en su blog Sexy stories con un relato. Un placer!
Estupendo poema. Y genial el cuento de la corbata.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta relatista.
Gracias por pasar, amigo Roberto. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarEl final del poema, me encanta. Un gran tema, para esta tarde que ya se está despidiendo.
ResponderEliminarA partir de cierta edad incierta
acompaña el llanto de las hojas,
cuando todavía no es otoño.
Arena fugada,
vaga crisálida;
todo lo que resta es ya
resina del tiempo.
Saludos
Ella Fitzgerald siempre acompaña bien las horas crepusculares, Karin. Y Scott Fitzgerald acompaña adecuadamente cualquier instante. Me alegra que te haya gustado este juego "entre Fitzgeralds" Gracias! Besos
ResponderEliminarEntre Fitzgeralds anda el tema...Qué dos grandes.
ResponderEliminarEs cierto, las lágrimas son más lágrimas a partir del otoño de la vida.
No sabes cómo me gusta "Cry me a river". Me gusta mucho también la versión de Diana Krall pero claro, Doña Ella es mucho...
Muy bonita entrada, Marcos. Un beso.
Gracias por tus palabras Myra. Para mi la versión de Diana Krall no tiene desperdicio. Es más gamberra (no tiene la voz de Ella)pero en la sensualidad susurrada reside su encanto. Besos y gracias
EliminarHola Marcos,
ResponderEliminarLady Ella, aun sin saber mucho de música esas maravillosas pistas que nos dejas en tus poemas siempre nos acercan a la verdad.
¿ Y una entrada con Edith T. Stone ? Ahora me paso por allí.
Muy bonita la canción. Y tranquila. Una voz ciertamente aterciopelada.
"A mi manera" un abrazo muy grande Marcos.
Yo creo que si te gusta ya entiendes de música UTLA. El relato de Sexy stories, ya lo conoces...jeje Gracias a ti colaboro con este blog. Abrazos amigo!
ResponderEliminarEmpezando por el título, que me parece muy conseguido, el poema es precioso. Y la evocación de una grande del jazz es garantía de éxito.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Hola Luna llena. Me alegra que hayas encontrado belleza en este poema. Abrazos y mil gracias!
EliminarHay una ley no escrita que dice que quien coloca la palabra "clepsidra" en un poema... No sigo. El horror, el horror...
ResponderEliminarAbrazos
Pero es que yo siempre he estado al margen de la ley no escrita...jeje En realidad es un guiño/homenaje a todos los poetas que alguna vez han utilizado clepsidra o crisálida en sus poemas. Dicen que son dos de las palabras más bellas del Castellano. Por eso las utilizo aquí por primera y última vez. Abrazos
EliminarEstupendo poema, Marcos. El tiempo es el sostén de la realidad, pero a la vez se interpreta y hace cambiar las cosas, con lo que la realidad es mutable, pero supongo que no toda, si no sería un caos de narices... uffff en menuda me metí ;-D
ResponderEliminarUn abrazo, Marcos.
Lo que nadie puede o sabe cambiar es el inexorable paso del tiempo. Lo combatimos escribiendo. Abrazos y mil gracias por pasar Javier.
EliminarEl tiempo pasa y las palabras permanecen. Excelente tu poema y también la canción de Fitzgerald. Ahora acabo de hacer una portada que voy a mandarte por correo del otro Fitzgerald, de nomre Scott . Mientras tanto me pongo a escuchar ese tema de Ella muy apropiado para el día gris y melancólico que hace hoy en Barcelona.
ResponderEliminarAbrazos. Borgo.
Sí, Ella acompaña bien los días nublados, Miquel. Me alegra que te haya gustado este poema entre Fitzgeralds. Estos universos comunes y estad coincidencias, esta vez en Scott Fitzgerald, dan mucho que pensar. Como si los bloggers estuviéramos conectados de alguna manera jeje. Abrazos, amigo
ResponderEliminarDos Fitzgerald, Ella y Él, uno/a para cada ampolla del reloj de arena; un pasar los versos a través de la delgada cintura del tiempo, descender de una voz a otra, caer y crecer de un pasado a otro. Siempre en Poeta bueno, Marcos. Un abrazo.
ResponderEliminarTu comentario también resulta muy poético, Juan. Es una buena manera de mecer las horas. Con una canción de Ella Fitzgerald o un buen libro de Scott Fitzgerald. La cita es de El Gran Gatsby. Abrazos, amigo
EliminarWooooo Ella...es ella y a mí me mata, menudo temazo, Marcos!!
ResponderEliminar¡Qué bien eliges el texto y la banda sonora!:-)
Besos
No es muy conocida esta Cry me a river. Abril, pero la prefiero a cualquier versión. La de Natalie Cole también está entre mis preferidas, pero no se acerca a esta. Gracias por pase.
EliminarQuizás el otoño siempre anuncia el invierno. Y a partir de cierto momento, todo es ya otoño. A cuidarse
ResponderEliminarGracias por pasar y comentar, plared. A partir de:ese otoño que comentas, probablemente llegue el momento de disfrutar tranquilamente de los pequeños placeres de la vida....¿por qué no? Saludos
EliminarApenas conozco las letras de él pero si las notas de Ella y esas...esas si que llegan al alma.
ResponderEliminarUn abrazo Marcos
Solo conozco una voz que llegue a tocar el alma como la de Sinatra y esa es la de Ella Fitzgerald, efectivamente. Un abrazo, Yuri y mil gracias por pasar.
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