A la gastada luz del flexo
las montañas de tus deudas
desbordan una mesa color caoba,
cada día más pequeña,
cuando parece que el mundo
ya nos ha dado la espalda,
definitivamente.
Ni siquiera puedes salir de tu casa.
Tienes miedo.
Temes que al poner un pie sobre el asfalto
la calle se convierta
en una gran lengua negra,
las aceras en labios,
los bancos en dientes,
las alcantarillas en estómagos,
y la gran boca, la ciudad o el abismo,
acabe tragándote
y te digiera con dificultad
para expulsarte, después,
al sumidero de las puertas que se cierran
y responden “ya te llamaremos”.
A la amarilla luz del flexo,
en el bosque de las facturas,
parece que no exista el claro del césped
para descansar.
Entonces, propones hacer lo que mejor sabes
y al momento responden,
entre risas y bromas,
que no puedes trabajar
con tus manos inmovilizadas
y prendidas a recios grilletes
de frías celdas oscuras,
escondidas en los sótanos de las mansiones.
Tan solo, aprende tu canción de esclavo.
Cántala fuerte y claro,
hasta que sangren los oídos
de los necios que habitan la mansión
y no quieren escuchar,
hasta quebrar la sucia bombilla,
a la luz del flexo,
y en la suave mañana
que ha de estallar,
tan solo nos ilumine el sol.
Una poética canción del esclavo muy, muy actual.
ResponderEliminarUn abrazo, Marcos.
¡Ole¡ el Frank Sinatra Guerrero de Zaragoza.
ResponderEliminarA mi, lo de la luz del flexo, me recuerda a mis tiempos de estudiante y noches intentado aparentar que comprendía las matemáticas. El poema estupendo.
ResponderEliminarGenial poema.
ResponderEliminarY para Bruce... ya queda menos para Mayo.
Un poema por desgracia muy de actualidad...
ResponderEliminarSaludos Marcos.
Conozco bien esa sensación, yo con cuarenta tacos buscando trabajo pero encontré un flexo que me iluminó: la agencia donde publico portadas. Un poema maravilloso, como siempre, recomiendo leerlo a la luz de una vela. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarUn abrazo, Marisa y mil gracais por pasar y comentar.
ResponderEliminarBueno, Frank Sinatra no solía tocar estos temas. La canción más "protesta" que cantó fue "Ol' man river" según creo... Gracias Jonhancome.
Yo también intentaba aparentarlo, Pepe jeje. Y no lo conseguí. Un abrazo.
Ya queda menos, ya... Habrá que hacer una "brucequedada" Abrazos.
Por desgracia, sí... Un abrazo acróbata.
Que siga iluminandpo brillante ese flexo, Miquel. Abrazos, amigo.
Una canción de esclavo que bien podría sonar a viejo Sur.
ResponderEliminarSolo nos queda la protesta de los poetas y su música. "Cántala alto y claro"..
ResponderEliminarMe gustan los flexos, de hecho el mio ilumina mis cuadernos y las teclas del PC.
Un abrazo Marcos
A viejo Sur...muy bueno, amigo Raúl. Un abrazo.
ResponderEliminarA la luz del flexo pueden salir grandes momentos. Te deseo muchos de esos momentos, Abril. Besos.
Desconocía esa veta tuya de poesía social, Marcos, y la verdad es que me ha encantado. Enhorabuena, amigo.
ResponderEliminarY que la canción del esclavo sea canción protesta.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno, es un intento, un ensayo...nada más, Tirador. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por pasar Licantropunk. Abrazos.
Cruda realidad de muchos hogares, y crudo Springteen. Un abrazo
ResponderEliminarTiempos de crudeza, Juan. Sobreviviremos. Abrazos.
ResponderEliminarAunque hermoseado por la poesía, no deja de ser terrible el duro tiempo que toca vivir en tantos hogares.
ResponderEliminarMuy bueno. Besos.
Pilar
Muy duro, Pilar. ¡Y lo que queda! Besos y mil gracias por pasar.
ResponderEliminarMe quedé prendida en los anillos de Saturno de tu flexo.
ResponderEliminar(Ya digo yo que vivo en otro mundo.)
Mejor así, G....jejeje Saludos!
ResponderEliminar