Acércate.
Anida
sobre mí.
Tu nuca en mis labios,
apoya tu espalda
contra mi pecho
y mírate, míranos,
nuestros rostros frente al espejo.
Mueve tus caderas,
déjame comprender el ritmo,
la música que escuchan tus oídos,
en el silencio carnal
de nuestro aliento.
Marca tú los pasos
de este baile inmortal,
deja que pellizque tu placer,
perfile tus labios, sin dedos
y mírate, míranos,
tú danzando sobre mí,
yo esclavo de tu pausa
y nuestras miradas encendiendo
dos rostros frente al espejo.
Vaya. Qué sensación más curiosa.. Viendo la foto y leyendo la primera parte, pensaba en un poema romántico...sigo con "Mueve tus caderas" (y me he acordado de Burning, es inevitable) y lo que sigue y...bueno sí, puede ser romántico también, pero es más otra cosa, ¿no? ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
La intención es estar en un punto intermedio, David, como la imagen del comienzo. Pero creo que finalmente lo erótico ha vencido a la Psyche jeje. Abrazos.
ResponderEliminarUn poema con distintos matices a los que nos tienes acostumbrados, Marcos. No está mal experimentar con emociones diferentes en la poesía y ver donde nos sentimos más cómodos. Un beso
ResponderEliminarSuelo escribir sobre instantes vitales que quedan para siempre en el recuerdo de una vida. Con menor o mayor acierto pero ello me divierte. Gracias Anaís.
ResponderEliminares un placer leerte poeta
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl placer es mutuo!
ResponderEliminar¿Qué tendrán los espejos?
ResponderEliminarQue reflejan...jejeje Y a veces, no nos gusta. Abrazos.
ResponderEliminarEs sencillamente precioso Marcos. Ese devenir de miradas, ese silencio cómplice... me ha encantado de principio a fin!!
ResponderEliminarUn beso
Pues me alegra mucho, Ángela. Muchas gracias. Besos.
ResponderEliminar¡Ayyy, madre!
ResponderEliminarYa lo comparto yo, que tú estás ocupado.
Un abrazo ;)
Jajajaja Qué grande! Gracias Jonhancome! Abrazos.
ResponderEliminarUn baile inmortal entre las líneas...y qué lindo que te dejas guiar Marcos! mientras leía pensaba en tango, tus palabras están así entre largo y corto, entre lineal y alternante.
ResponderEliminarSaludos!
Pues no le vendría nada mal el tango y no andas nada desencaminada. Gracias por pasar Beatriz. Besos.
ResponderEliminarwoooww (suspiro)
ResponderEliminarvamos que me ha gustado mucho mucho ;))
Besos abisales
El baile de mis caderas apretando tus muslos...el incendio del espejo.
ResponderEliminarL
Pues me alegro mucho, Abismo. Gracias! Besos.
ResponderEliminarPrecioso, Anónimo L. Tus palabras completan el poema con un incendio feliz.
En el idílico reflejo de la cópula, sólo luz.
ResponderEliminar... El erotismo de un instante no es tan fácil de plasmar... y tú lo haces y lo conviertes en poema.
ResponderEliminarBesos
Hildy
Me gusta esa plabra. Se parece a cúpula, G Gracias por pasar.
ResponderEliminarGracias Hildy. Un placer, tus palabras. Besos.
Siempre he pensado que el BESO con mayúsculas en la pintura era el de Klim, en literatura el que Cortázar describe en "Rayuela", y en escultura el que dejas en la imagen, el de "Psique reanimada por el beso de Eros" de Antonio Canova.
ResponderEliminarEn poesía, me quedo con el tuyo.
Un beso, Marcos.
Bueno, bueno, Marisa... vaya repaso que has realizado de instantes inolvidables. Ese pasaje de "Rayuela", de Cortázar, es espectacular. Además coincide que es un fragmento que escucho y leo bastante. Gracias por tus palbras. Besos.
ResponderEliminar¡Vaya! Leí "El beso" de Bécquer después de ver "El fantasma de la libertad" de Buñuel y ahora me encuentro con tus estatuas "a punto de". Qué casualidad.
ResponderEliminarSaludos.
Buena trilogía, Licantropunk! Gracias por pasar, amigo.
ResponderEliminar"Yo esclavo de tu pausa", buenísimo, amigo, un abrazo!
ResponderEliminarBonito poema Marcos, muy original. Un abrazo.
ResponderEliminarJavier
Hola, genial pasar por tu blog, es bien interesante, un gusto estar aquí, te invito cordialmente a visitar el Blog de Boris Estebitan y leer un poema cómico mío titulado “El baile de Snoopy”
ResponderEliminarGracias amigo Fran. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAmigo Javier, gracias por pasar y comentar. Abrazos.
Hola boris, bienvenido. Pasaré por tu blog a devolverte la visita y serás bienvenido siempre que quieras. Saludos.
Tus ojos verdes y mia ansias frente al espejo. Bello. Te seguiré. Gracias.
ResponderEliminarSalud
Psique y Eros, qué buena combinación. Al igual que la forma que tienes de elegir tus palabras. Un poema muy bello, Marcos. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarBienvenido-a de soslayo. Gracias por pasar y vuelve siempre que quieras. Salud.
ResponderEliminarLa mejor, Miquel. Agradezco mucho tus palabras, amigo. Abrazos.
mmmm yo esclavo de tus pausas... rico rico
ResponderEliminarMucha pasión y sensualidad en tu poema. Me ha encantado. Te sigo para seguir leyéndote.
ResponderEliminarAbrazos!
Me gustó lo de mírate, míranos. Esa tercera persona nacida de un espejo. Grandes poemas los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por pasar Justpac y bienvenido-a Vuelve cuando quieras.
ResponderEliminarGracias y bienvendio J. Gomis López. Me alebgra que te guste. Y gracias por seguir.
Gracias elpresley, me alegra que te haya gustado esa imagen. Abrazos.
Un poema muy erótico, sensual diria.. y a estas horas...:-D
ResponderEliminar¡Precioso , sin duda ! Pero le falta la música..¡ que raro en éste espacio..!
Besos
Te quedó fantástico este poema, Marcos. las palabras precisas y perfectas para describir un instante de magia a dos manos...
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias Abril, por tus palabras. Sí...digamso que la música la pone el instante jeje. Besos.
ResponderEliminarGracias Laura. Me alegro que te haya parecido así. Abrazos.