Crepúsculo a la inversa.
Alejado y ajeno
al deslavazado ritmo
que imprime la vida en la ciudad,
el regreso al cauce,
al regato del río,
apacigua los nuevos surcos
y en la mañana inédita
un sol brumoso
enciende a tientas
las incrédulas cumbres.
Durante el corto sopor de la siesta
me susurró un trasgo sin alas
que, al cambiar de lugar,
se alarga el instante
hasta lo invisible.
Yo aquí, extiendo los segundos
como quien, pasados los siglos,
desempolva una alfombra
de sus primeros pasos.
Es el milagro de los bosques,
fiel refugio sin fronteras,
el postrer encuentro de un amanecer
a la inversa.
Respirar y contar todos los sonidos
que pueblan
el silencio de la montaña.
Este es un poema de ese silencio que podemos escuchar en la montaña, la paz, el sosiego y todo lo que el entorno nos regala lejos de la ciudad. Esta entrada del blog Mare Brava también habla de ese silencio. Cuentan que, en Jaca, la nieve ha dado la bienvenida a la primavera. Lo podemos ver aquí
Para terminar, od dejo con un tema titulado Darling pretty de Mark Knopfler
Bendito silencio el que se produce en el milagro de esos bosques.
ResponderEliminarDisfrutad de esas últimas nieves aragonesas.
Un beso, Marcos.
Aragonesas pero pirenaicas, amiga Marisa y desde Zaragoza no se divisan sus cumbres. Nos contentamos con el recuerdo. Gracias por pasar!
EliminarTengo muy buenos recuerdos de Jaca, una ciudad pequeña, alegre con gente amable y unos paisajes blancos.
ResponderEliminarUn lindo poema, un saludo
Hola Karin. Te invito entonces a que conozcas mejor el Ateneo jaqués y a que colabores con nosotros. Gracias por pasar.
EliminarSegún iba leyendo tu poema iba pensando, que bien versifica Marcos esas sensaciones que compartimos. Gracias por enlazarme en esa comunión con la montaña. Qué maravilla ese tema.
ResponderEliminarUn abrazo!!
En parte, Luna llena, te debo a ti este poema y a las reflexiones que nos dejaste en tu blog, así que, justo es agradecértelo. La solución para estos tiempos difíciles, ¿por qué no? puede estar en recuperar nuestra atávica comunión perdida con la naturaleza. Gracias por tus palabras y tu visita.
EliminarTemazo.
ResponderEliminarTodo muy bonito y tal, pero, in Spanish: "deslavazado". Tercer mandamiento: revisar.
Abrazos
Knopfler infalible. Yo, falible jeje. Te agradezco el apunte, amigo Alfredo. Debo tomar más tiempo en las revisiones, me temo. Abrazos
EliminarHoy quiero darte las gracias Marcos no sólo por tu poema y la música,además por ese magnífico enlace con La Jacetania y por hacerme disfrutar de las cimas de mis queridos Pirineos:Collarada,Gramo Negro,Posets,Telera y Tendeñera,Aneto,Ordesa y Cañón de Añisclo y tantos y tantos otros sin olvidar claro está Peña Oroel y el Oturia con la hermita de Sta Orosia ¿conoces este último Marcos?.¿Y la comida en Yebra de Basa?o las migas de Tramacastilla,tengo que volver...
ResponderEliminarUn saludo.
Disculpad quería decir Garmo Negro cerca de Panticosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Avísame si vuelves al pirineo, Yuri, a ver organizamos algo con el Ateneo. De los que has nombrado conozco todos los lugares excepto la termita de Santa Orosia y Tramacastilla. Las migas también son espectaculares en Santa Cruz de la Serós. Abrazos, amigo!
EliminarRespirar y contar sonidos en el silencio, que extraordinario verso, Marcos: esa imagen da la medida de exacta del silencio que podemos encontrar al alejarnos de la ciudad todo lo que nos sea posible, bosque o montaña, tanto que sea posible invertir el crepúsculo de la mañana y ser noche en los ojos cerrados cuando ya el día avanza. Abrazos
ResponderEliminarAlejarse la ciudad suele ser un consuelo cada día más buscado, al menos para mí, amigo Juan. Abrazos y mil gracias por tus palabras
EliminarUn temazo, Jaca, un gran poema... la receta de la felicidad.
ResponderEliminarEsa receta no suele fallar, no. Gracias Roberto. Abrazos.
EliminarSeguro que te sienta bien el aire del Pirineo. Nos has traído un sol que brumea a lo lejos y el silencio de la montaña. Bonito también ese paseo por Jaca de Mare Brava. Ahora es una época muyespecial en la que el frío se resiste a desaparecer y ves como cambia el paisaje.
ResponderEliminarAbrazos. Borgo.
Quizá sea la época más adecuada para ver la nieve...su resistencia a la primavera. Altamente recomendables los blogs de Mate Brava y Trimbolera. Abrazos amigo Miquel
EliminarHola Marcos,
ResponderEliminar"¿ Un Trasgo sin alas me contó ? "
Pero, pero, pero, de donde sacas todo esto.
Hay días preciosos, como este poema. A veces me pregunto si no has vendido tu alma al diablo por escribir poesía de manera tan bonita. (Que mala es la envidia compañero). :-P
¿ Nieve ? Pues aprovechala mucho, que seguro que en breve el buen frío desaparece.
"A mi manera" un abrazo.
Trasgo es una palabra que me encanta. Remite directamente a la Aragón mágica y oculta, la de los duendes y las brujas. Eres muy amable en tus palabras amigo UTLA. La primavera ofrece insólitos y bellos paisajes en la montaña...sobretodo nada más comenzar. Abrazos, amigo
EliminarEl silencio de la montaña nos puede contar tantas cosas... y todas buenas. Precioso todo, Marcos, menuda imagen. Besos.
ResponderEliminarNo viene mal, de vez en cuando, fundirse con ese silencio, Clementine. Gracias por tus palabras. Abrazos
Eliminar... Querido Marcos, hay dos placeres que no pueden olvidarse:
ResponderEliminarel silencio en las montañas (que permite crepúsculos a la inversa... o el mundo patas arriba... El tiempo y el espacio dejan de existir o es otra dimensión la que sientes) y el sonido de las olas cuando te sientas en la arena frente al mar... y contemplas el amanecer o el atardecer...
Y esas sensaciones y placeres increíbles, tú los trasladas al papel en forma de poema...
Besos
Hildy
Desde luego, Hildy, no sé con cuál de los dos privilegios quedarme, si el mar o la monaña. Conozco más la montaña. Se podría decir que el mar lo he conocido este año. En definitiva, dos regalos de la Tierra. GRacias por pasar y dejar tus palabras.
EliminarPues en tu poema se percibe esa paz bucólica de las montañas.
ResponderEliminarUn placer pasar por aquí.
Saludos, Marcos.