Entre orillas
Desde esta orilla
intuyo en el último sol
las notas que rematan
cierta rapsodia in
blue
ahora que una incertidumbre
se desploma sobre el río,
frente a la plaza del obelisco
y junto a la noria,
rapsodia azul,
aunque esta metrópoli
no sea Nueva York.
Por una vez, la otra orilla
es mi orilla
y al lado opuesto del puente
observo cómo se conmueve una ciudad,
ajena,
que se desprende
y no me corresponde.
En tu piel se han escrito muchos pasados
con la tinta en que se impregnan
las huellas dactilares de los culpables.
Y tú, una vez,
fuiste el inocente folio en blanco.
No dejes que esta ciudad
clave en ti sus agujas
(hunda en ti sus saetas)
te hablaría:
Apacigua tus pisadas
y ensaya cuidadosamente el camino
en borradores de senderos luminosos.
En esta metrópoli que no es Nueva York
también tenemos un río,
somos esclavos de sus fluctuaciones.
Pero tú, no ceses de mirar
hacia adelante
sin ignorar la espalda.
Y no dejes que esta crecida
devore los cauces
para tu próximo estiaje.
* Primera imagen: Ilustración antigua del Puente de Piedra de Zaragoza sobre el río Ebro, por el artista flamenco Antonio de Wijngaerde en 1563 (http://www.heraldo.es/)
* Canción: Rhapsody in blue (George Gershwin. 1924)
*Última fotografía: Panorámica desde el aire de los puentes de Zaragoza. (http://ecoter.wordpress.com/2011/03/)
Fantástico poema, pero ya no sé si es declaración de amor o de... lo otro.
ResponderEliminarSaludos.
Y cuando sientas que la fuerza de la avenida parezca insoportable siempre, siempre te quedará el salvavidas de la poesía.
ResponderEliminarPoemón, Marcos.
Un abrazo.
Hola Marcos,
ResponderEliminarLa poesía es preciosa, y si se lee acompañado de esa tranquila música se hace mucho más agradable. Aunque en algunos momentos se vuelve un poco loca la melodia. ¿ rapsodia in blue ? Eso tiene que ver con Sinatra...
La foto aerea de Zaragoza me encanta.
"A mi manera" un abrazo Marcos.
Dejémoslo en declaración, Licantropunk....de intenciones. Gracias por pasar. Saludos.
ResponderEliminarHola acróbata, muchas gracias por tus palabras. Un buen salvavodas tenemos. Un fuerte abrazo.
Hola UTLA. La razón de la música es lo que te iba a explicar sobre lo que me preguntas de Sinatra. Estas fiestas del Pilar he trabajado de noches, doce horas...así que he sido ajeno a la fiesta, por así decirlo. Mientras iba a trabajar sonaba en la radiocd de mi coche el tema de Gershwin "Rhapsody in blue" en un disco que estaba compuesto por canciones de jazz dedicadas a la ciudad de Nueva York., A mí también me gusta esa foto. Gracias por pasar. Un abrazo.
Estupendo poema y una entrada muy completa, como siempre, vaya. Eres infalible, Marcos.
ResponderEliminarGracias Roberto. Tú sí que eres infalible. Cómo disfruté con tus relatos en la Campana de los perdidos. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarBuenos versos.
ResponderEliminarGracias y bienvenido jordim. Vuelve cuando quieras, estás en tu casa. Saludos.
ResponderEliminarEfectivamente, se puede vivir Nueva York sin estar allí, supongo que es una actitud. Yo que he vivido un poco la noche zaragozana creo que es una muy buena ciudad para sentir así.
ResponderEliminarBuenos versos. Un abrazo.
Supongo que es un delirio de alguien como yo que todavía no conoce Nueva York. Pero es un delirio que me vale, hasta que pueda viajar jeje. Me alegra que guardes buenos recuerdos de la noche zaragozana. Un fuerte abrazo y gracias por pasar.
ResponderEliminarBuen poema y excelente música que siempre asociaré al comienzo de "Manhattan" de Woody Allen.
ResponderEliminarSí, la memoria de todo lo que concierne a Nueva York irá siempre asociada a Woody Allen, creo yo, de igual manera que a Frank Sinatra, por ejemplo. Abrazos Cahiers. Gracias por pasar.
ResponderEliminarYo también he utilizado a Gershwin en una entrada que he dedicado a Nueva York, en mi blog. ;)
ResponderEliminarun poema bonito y extraño, esa extraña mezcla de amor/odio hacia lo urbano..
ResponderEliminarbesos,
Ya la he visto. Vaya dos imagenes de NY. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Maslama. Amor-odio a la ciudad. Yo creo que es un sentimiento siempre presente. Besos.
Era un día frío y con mucha niebla un 22 de diciembre en que crucé por última vez a la otra orilla atravesando el puente de piedra.
ResponderEliminarHace algunos años que leí El Sitio de Zaragoza de Galdós y cada vez que visito la ciudad me viene la imagen de la dureza de los combates y la lucha entre sus calles.
Saludos.
Qué bonita, Yuri, tu manera de recordar la última vez que curzaste el Ebro. Gracias por tus comentarios, Yuri. Abrazos.
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