Entre la inabarcable y cálida inmensidad
del Mare Nosrum
soy un oasis de ciudad arruinada,
entre agua y agua
de isla olvidada
y pienso, sin saber bien por qué,
en la desvencijada luz oblicua
que ilumina Zaragoza,
ciudad de interior.
Pienso, cogido de tu mano, isleña
y en tus ojos, otra isla,
próspera y tranquila.
Entre el caos que proporciona
la uniformidad del lecho marino
recuerdo tu costa, tramontana.
Ya puede la espuma insobornable de los días
intentar borrar
las huellas que sigo
y forman mi camino.
Yo fijo el rumbo entre tus pisadas
para capturar la luz oblicua, luz azul
del faro que gira para iluminar
aquellas sombras quietas.
Esta deliciosa bossa nova con que termino esta entrada está compuesta e interpretada por Chris Rea y se titula Still beautiful. Pertenece a su disco King of the beach, un trabajo dedicado en su totalidad a canciones de playa, de mar, de verano. Definitivamente muy recomendable, aunque estemos ya en octubre.
Hay quien vive siempre en verano, qué felicidad...
ResponderEliminarSí, pero el mar también es bonito en esta época. Abrazos.
ResponderEliminarFenomenal poema amigo Marcos, con referencia al mar o a eso a lo que se ha llamado en alguna ocasión como "el contemplado".
ResponderEliminarHas sabido reflejar muy bien el encanto del mar. Creo que sólo el fuego consigue también ese embrujo que hace contemplarlo como si no existiera nada más.
ResponderEliminarMe ha hecho mucha gracia tu anterior post. Con el Spotify no hay portadas de libros ni carpetas bonitas de discos pero -si lo sabré yo- con la mudanza siempre falta espacio.
Abrazos. Borgo.
Parece inevitable para los hombres en el momento opitimo, pensar en otros momentos.
ResponderEliminarMe gusta ese matiz de nostalgia casi imperceptible de tu post,
Saludos, Marcos
Sí, el contemplado. El mar siempre me ha resultado demasiado enigmático. La sensación que se tiene al mirar el océano abierto, según dicen, es lo mismo que sentiremos el mometno de nuestra muerte. No sé si será cierto. Abrazos Cahiers.
ResponderEliminarEl fuego tiene el mismo poder atractivo, es cierto Miquel. Me alegro que te haya gustado la broma del post anterior jeje. Ay las mudanzas... Un abrazo, amigo.
Casi imperceptible. Me gusta eso, Beatriz. Gracias por pasar. Besos.
Oh!! Qué bonito.
ResponderEliminarLo dice una zaragozana que vive en la orilla del mar y, pese a ello, añora su ciudad.
Un abrazo!!
Gran poema, querido amigo, un fuerte abrazo!
ResponderEliminarAñoramos lo que no tenemos, supongo. Pero sí, creo que si viviera lejos de Zaragoza, la echaría en falta. Gracias por pasar Laura. Besos.
ResponderEliminarGracias amigo Fran. Suerte esta semana y abrazos!
No sé para los costeños, pero para los que somos de secano ver el mar es como posar la mirada en otro mundo. Bonito poema.
ResponderEliminarSí, de otro mundo es una byuena definición, amigo. Gracia spor tus palabras Licantropunk.
ResponderEliminarOye, pues entre el ritmillo de la bossa nova y el bonito texto, aunque estemos en octubre, hace que vuelvan algunos recuerdos de este verano y aire con sabor a sal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Salitre recordada desde este otoño que respeta el veranillo de San Martín. Gracias Charly. Un abrazo.
ResponderEliminarMirar el mar es para mí sinónimo de relajación absoluta, si ésa es la sensación que tendremos al marcharnos de aquí, pues bienvenida sea.
ResponderEliminarElaborado poema éste, qué difícil me resulta a mí esto que a ti te resulta tan fácil. Besos, Marcos, y definitivamente recomendable Chris Rea.
Supongo que la sensación de relajación es la más aconsejable. Tampoco resulta tan fácil que salga bien. Particularmente, nunca quedo contento del todo. Gracias por pasar, Clementine. Besos.
ResponderEliminar¡Qué preciosidad de foto, de poema y de música! Todo junto es UNA DELICIA que acabo de experimentar. Y además, aunque estamos en octubre aquí en Levante hace un calor como si fuera agosto.
ResponderEliminarMil gracias y besos.
Me alegra que te haya gustado Mucipa, de eso se trata. Sí, en Zaragoza también parece veranito. Gracias a ti. Besos.
ResponderEliminarGracias, poeta.
ResponderEliminarTus letras son regalos para los que amamos la poesía.
Gracias a ti, Acróbata, por leer y regalarme este comentario. Abrazos, poeta.
ResponderEliminar