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Kelly Sherwood (Lee Remick) es atacada por un extraño, en el garje de su casa, situada en Twin Peaks |
Resulta sorprendente en la
filmografía de Blake Edwards
encontrar un título tan alejado del estilo al que tanto nos tuvo acostumbrados y
revela la enorme versatilidad de un director que, de hecho, escribió su primer
guión para Imperio del crimen, un
western dirigido en 1948 por Lesley Selander también muy alejado de la línea que siguieron las películas del director de Oklahoma. Pero 1962 fue un año mágico para
Edwards. Recién saboreado su éxito por Breakfast
at Tiffany’s (1961) en 1962 rodó con Lee Remick dos películas en
espléndido blanco y negro (en las dos contó con Philip L. Lathrop para la
fotografía), totalmente alejadas a su estilo: el drama Days of wine and roses y la que ahora nos ocupa, Experiment in terror.
Basada en la novela del
matrimonio Gordon (Gordon Gordon & Mildred Gordon) titulada Operation Terror, Experiment in terror (o, como se conoció para nuestro público, Chantaje contra una mujer) es un
thriller policiaco con elementos que la acercan tanto al cine de intriga, al de
terror y estéticamente al cine negro. Su comienzo es apabullante. Con las luces
de San Francisco al fondo, una escena
nocturna de carretera nos presenta a Kelly Sherwood (Lee Remick), al volante de
su Ford Fairlane, atravesando el gran puente de la bahía, para dirigirse a su
casa de Twin Peaks. Sherwood introduce el coche en el garaje, apaga el motor y
las luces. Pero, al bajarse del vehículo, entre las sombras, comienza a
escuchar la respiración agitada y dificultosa de alguien que le observa desde
la oscuridad. Kelly Sherwood, aterrada, es atacada por un extraño que, al oído
y manteniéndola agarrada por el cuello, le propone un chantaje. Sherwood deberá
entregar en los próximos días cien mil dólares sustraídos del banco donde
trabaja como cajera si no quiere ver morir a su hermana pequeña Toby (Stefanie Powers) Según
comenta el extraño chantajista, “ya ha matado a dos personas y no le importaría
matar a una tercera” La utilización de las luces y las sombras en esta escena
es de vital importancia, así como el constante sonido de la respiración del
hombre que ataca a Kelly. Blake Edwards mantiene en sombra el rostro del
extraño y dirige el punto de luz a la mirada horrorizada de Lee Remick que,
igual que en Días de vino y rosas
realiza una interpretación espléndida. Cuando Kelly cree que el extraño ha
desaparecido, telefonea a la policía. Pero al decir su nombre vuelve a recibir
un nuevo ataque del extraño, que había quedado en casa, aguardando. No
obstante, el FBI consigue localizar la llamada y el inspector John Ripley
(Glenn Ford) se pone en contacto con Sherwood.
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Glenn Ford es John Ripley, agente del FBI que investigará el caso Sherwood |
Comienza a partir de este momento
una larga investigación en la que el chantajista logrará despistar al FBI y dar
con la víctima en varias ocasiones y en la situaciones más imprevistas. Incluso
llegará a cometer un nuevo asesinato. Es el momento en que el FBI logra
identificar al chantajista cuando por primera vez se muestra al espectador su
rostro, el del asesino Garland Humphrey “Red” Lynch, interpretado por Ross Martin, que fue nominado por este
papel a los Globos de Oro. Glenn Ford,
como ya hiciera en The big heat (Fritz
Lang. 1953), encarna a un hombre de principios, al mejor ejemplo del FBI y su
actuación aquí, desde la experiencia, es perfecta. Quizá el espectador echará
de menos una relación amorosa al uso, entre
John Ripley y Kelly Sherwood pero, precisamente, la ausencia de ésta
mantiene la atención centrada en la investigación. El momento álgido de la
trama llegará con el secuestro de Toby Sherwood a manos de Lynch y el brillante
desenlace final, en la línea de Alfred Hitchcock, en el campo de béisbol de los
Gigantes de San Franciso.
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El asesino "Red" Lynch (Ross Martin) mantendrá el último encuentro con su víctima (Lee Remick) en el baño de mujeres de un restaurante, caracterizado de mujer |
Aunque es imposible separar la
cinta del componente propagandístico en favor del FBI y sus procedimientos,
resulta una película indispensable en la filmografía de Blake Edwards y muy
interesante dentro de las películas policiacas de los sesenta. El ambiente y la
estética creados por la fotografía de Lathrop están reforzados con la banda
sonora de Henry Mancini. De un total de treinta películas, esta es la cuarta
colaboración entre Mancini y Edwards.
Después de la serie televisiva Peter
Gunn (banda sonora que influyó directamente a John Barry para su tema
principal de 007), es la segunda
incursión en el género policiaco del músico italoamericano que repetirá con A shot in the dark dos años más tarde,
también con Blake Edwards en la dirección.
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En estas tres escenas se puede apreciar la influencia estética del cine negro que está presente durante toda la película. |
Como curiosidad recordar que David Lynch se inspirará en esta
película para algunos aspectos de su serie Twin
Peaks como la música de Mancini, sobretodo en el comienzo de la cinta. Experiment in terror también influirá de
manera discreta en nuestro cine, en la película Ella y el miedo (León Kilmovsky. 1964) donde May Heatherly comparte
protagonismo con Virgilio Teixeira, Jesús Puente o George Rigaud. En definitiva, Experiment in terror es
una buena película y la mejor aproximación de Blake Edwards al thriller
policiaco junto a The Carey Treatment
(Diagnóstico: Asesinato. 1971)
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Antes de que Kelly Sherwood sea atacada en el garje, Blake Edwards centra nuestra atención en los faros del Ford Fairlane, creando un ambiente de misterio muy cercano al cine de terror |
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El asesino ataca a su víctima, en la primera escena de la película y pronuncia esta frase que tomará posteriormente David Lynch, para su serie televisiva Twin Peaks |
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Lee Remick y Glenn Ford, fotografía publicitaria |