Detalle sauces de la Plaza Cortes de Aragón (Jaca) |
Desde la distancia, sentado en la pequeña terraza del bar Equiza, uno podía disfrutar de un vermú con gamba rebozada mientras contemplaba la espléndida vista de la Plaza Cortes de Aragón o, como siempre la he conocido, plaza de los taxis, en Jaca. Desde luego que podías cruzar la Avenida de Francia y sumergirte en la misma plaza y allí, bajo las ramas de los abetos o de los sauces, disfrutar de un trago en uno de los bares que sacan sus terrazas a la misma plaza. Pero yo prefería ver la pareja de sauces llorando, desde la lejanía. Al otro lado de la avenida. Esta imagen me producía una calma inusual, como conectada a algo que solo se puede encontrar en la naturaleza, en el suave verde que decora las ramas de esos árboles que parecen extraídos de algún sueño remoto. Esa era para mí, hasta hoy, la plaza de los taxis de Jaca. Un bonito rincón de la ciudad y uno de los más vistos pues, cualquier viajero que se dirija hacia Francia o hacia Pamplona, tiene que pasar irremediablemente por esta plaza. Además, siempre ha sido la única plaza donde se pueden encontrar taxis en Jaca. De ahí su sobrenombre. Pero hoy ha sido un día triste. Dicen que había peligro de que cayera, que había una rama podrida... pero lo cierto es que nadie sabe la verdad. El caso es que hoy han decidido los que dirigen el cotarro que se debía prescindir de uno de los sauces de la plaza. Y por eso esta mañana, en Jaca, hemos amanecido con una plaza un poco menos bonita de lo que era. Con tristeza y una buena dosis de incredulidad hemos llegado a la plaza Cortes de Aragón. Algunos dicen que el tocón que ha quedado en el suelo es el de un árbol sano, no el de un árbol podrido. Pero el caso es que el árbol ya no está y pronto todo el mundo olvidará que una vez existió, estuvo allí y dio cobijo a muchos paseantes de la ciudad, por no contar la de pájaros que han perdido su hogar. Aquí va mi recuerdo a este sauce no llorado, mientras Hank Jones le pone la música apropiada...Willow weep for me
Fuiste sombra.
Calma, frescor, alivio,
en implacables mediodías de verano.
Cobijo, oxígeno y amparo
en torrenciales lluvias de montaña.
Fuiste adorno,
luz, diamante, espejo,
fuiste paraguas, techumbre, albergue,
protección, abrigo y refugio
en las copiosas nevadas de invierno.
¿Y hoy?
Hoy, la parada de taxis, enmudece vacía .
Un coche mal aparcado mira de soslayo
tu vacío
y un cine próximo a tu plaza
murió hace tiempo
para no verte caer.
Algunas máquinas agonizan en tu nombre
lo que el ser humano no sabe llorar.
Llora tú, al fin, en paz,
en la quietud que solo otorga el abandono.
Llora sauce
porque ya tu plaza
no volverá a ser mi asilo
sin ti.
Hoy, sauce, eres sombra.
(Al sauce amputado en Jaca, el 19 de septiembre de 2014)
Ahora, ayudado por estas fotografías del blog Mis cosas de Jaca , me gustaría dejar constancia de todas las fases y modificaciones que ha vivido la Plaza Cortes de Aragón de Jaca, anteriormente llamada Calvo Sotelo. Pero también quiero recordar que esos cambios, normalmente, son para mejorar y embellecer las ciudades y no para lo contrario.
Sauce, llora por mí...(Willow weep for me) Esta vez...Franky, cómo no.
En estas dos imagenes vemos la casaza Villa Bagatela, hoy inexistente |
En estas dos fotografías todavía se llamaba Calvo Sotelo y llama la atención la modificación de esa fuente hoy inexistente |
En los años sesenta ya era parada de taxis pero todavía se llamaba plaza de Calvo Sotelo |
Actual plaza Cortes de Aragón con la fuente de la última reforma |
Hay psicosis Marcos, se caen las ramas en forma de protesta por lo que le están haciendo a las ciudades y sus parques.
ResponderEliminarBonito recorrido has hecho con las fotos, todo un documento.
No estés triste, amigo..parece decirte Franky.
Un abrazo
Puede que la naturaleza proteste de este modo y se quiera abrir paso en las ciudades, Abril. Pero este pobre sauce no había perdido ninguna rama todavía. Gracias por tu visita.
EliminarBonito post que habla tanto de ti y de tu mirada, amigo Marcos. Le pusieron el nombre de sauce llorón y todos lo vemos de esa manera. Es como el Mar Negro que es azul, como cualquier otro, pero solo su nombre lo oscurece. Yo siempre vi el sauce llorón, más que llorón, como a un mujer de larga melena y de rostro oculto que mira melancólicamente hacia el suelo.
ResponderEliminarMe gustan esas fotos en color pero antiguas. Paseas la mirada a través de tu poesía y acabas escuchando (y lo digo en voz alta) al cantante más grande de todos los tiempos.
Un fuerte abrazo, amigo.
Bonita pareidolia, entre el sauce llorón y una mujer de larga melena, amigo Paco. También merecería un poema esa imagen. Es cierto que el apellido llorón lo oscurece. Y es una belleza de árbol. Dilo en voz alta, claro que sí. Ese weeping willow tree nunca ha sonado tan otoñal como en lo hizo en la voz de Frank. Abrazos, amigo.
EliminarLloraría como tu lo estas haciendo ahora, magnifica poesía. Hace unos años viajé a Jaca pero no recuerdo esa plaza.
ResponderEliminarsaludos
Es la plaza que está frente al parque de Jaca, llamado Paseo de la Constitucion, justo pasado el Gran Hotel pero en la acera de enfrente, en la Avenida de Francia. En esta plaza confluyen las terrazas de varios bares (Ulzama, Aledaños y Oza) Gracias Karin!
EliminarCada vez menos árboles... Tristes se nos van a quedar las ciudades. Siempre he dicho que en una casa los cuadros dan color, las plantas, vida y la música, alegría. Será que no quieren que nos sintamos como en casa.
ResponderEliminarSaludos.
Eso será. Las ciudades, cada día más deshumanizadas, cada día son menos confortables. Gracias Nury por pasar y comentar.
EliminarSiempre me han gustado las fotografía antigüas de las ciudades, percatarse del paso del tiempo.
ResponderEliminarEn mi calle cortaron un morero, pero aún intenta sobrevivir y, de vez en cuando, asoma entre la tierra nuevos brotes que se resisten a morir.
Pobre morero. Esperemos que siga brotando. A mí también me encantan esas fotografías. Abrazos Cahiers.
EliminarQué pena. Si realmente no estaba tan mal es una barbaridad talar el árbol porque le quita la personalidad a un lugar emblemático para todos los que disfrutábais de la plaza. En mi pequeño pueblo hicieron algo parecido, quitaron un pequeño kiosko donde una señora vendía cuatro chucherías y sustituyeron la fuente por una farola. Perdió todo su encanto.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo de las chucherías también ocurrió en Jaca, qué casualidad. Deberíamos cuidar aquellas antiguedades que dan encanto a un lugar. Gracias por pasar Charly. Abrazos.
EliminarEstimado Marcos,
ResponderEliminarQue bonito y triste homenaje dedicado al sauce de tus cariñosos recuerdos.
Leyendo tu poesía con ese música de piano de fondo, la verdad es que es dificil no emocionarse.
Ya sabes que tus poesías son preciosas, pero esta en especial, con tu prefacio contandonos tus vivencias alrededor del sauce talado ha sido especialmente preciosa.
Quizás , con esperanza, el ayutamiento plante otro Sauce o quizás otro árbol, no importa que haya sido cortado, toda nace y todo muere, y aunque la estupidez humana quizas no sea perfecta, el sauce de tus sueños ya ha quedado inmortalizado.
De las fotos de la plaza me ha gustado mucho la que aparece con nieve, con un edificio, que si no entendí mal, ya no existe.
Magistral como siempre Marcos.
"A mi manera", un abrazo muy grande.
Gracias UTLA, eres muy amable. No, ese edificio que señalas de la fotografía nevada ya hoy no existe. En su lugar hay edificios modernos con los bajos poblados de bares. En fin, que no se diga que en Jaca nno nos podemos tomar un vino jeje Abrazos.
EliminarMe encantan los sauces, son árboles elegantes, tristes, dignos...
ResponderEliminarY me gusta mucho más el relato que has hecho, pese a que das noticia de que uno de los sauces ha sido cortado, junto con tu poema y tus dos propuestas musicales.
Un placer parar un rato aquí.
Abrazos!!
Gracias por parar un ratitio Luna LLena. Abrazos!
EliminarHola, veo tantas novedades que me costará ponerme al día, pero todo se andará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Poco a poco, Pilar jeje Lo que me ha gustado es encontrarte de nuevo por aquí, Hacía tiempo que no nos leíamos. Abrazos!
EliminarUna pena, siempre que talan un árbol sin ningún miramiento. Así nos va... No aprendemos, no.
ResponderEliminarPero ahí está la poesía, amigo. No falla, no.
La poesía no se tala jeje Un abrazo amigo Roberto!
EliminarEn tu poema no lloras por el sauce, a él, ¿qué más le da? Lloras por ti.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Licantropunk. Me gusta tu visión. Abrazos!
EliminarSe van los sauces pero quedan los taxis; a estos no los pueden talar. En Barcelona alguien del Ayuntamiento decidió un día cambiar los árboles autóctonos por palmeras saudíes, el escarabajo picudo que devora palmeras está tomando venganza en nombre de la naturaleza, hoy ha caído una de esas palmeras esmirriadas en la Meridiana. Moraleja: no tocar el ecosistema... ni a Sinatra.
ResponderEliminarAbrazos! Borgo.
Eso, eso, Sinatra es intocable jeje Espero que esa palmera no causara graves accidentes. No entiendo la manía de poner árboles de otras zonas donde no corresponden. Y sí, los taxis permanecen pero aquí en Jaca, son un poco sosos. No tienen colores. Los de Barcelona sí que son majos, con ese amarillo negro tan bonito. Abrazos amigo Miquel
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJoder Marcos , yo pasé mi infancia en una casita con un jardín donde había una “salcera” similar . Al llegar el otoño el jardín quedaba nevado por sus hojas, pero sabía que eso era pasajero, pero un día se desmayó de verdad y no volvieron a brotar más las hojas. Se fue con dignidad, después de cobijar a mi , y a mis tres hermanos durante 25 años. Hoy, al leer tu poema me he dado cuenta que aún me que daba una lágrima más.
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