Farolas
(The lamplighter’s serenade)
Entre la
niebla apareces
y te
presentas como una mujer misteriosa,
Y la primera
prenda que quisiera arrancarte,
maldita
ciudad sagrada,
es la
totalidad de tus farolas.
Despojarte de
ellas y dejarte desnuda,
Talar el
tupido bosque
de señales
siempre ardientes
iluminando un
camino,
que es
erróneo por tu piel,
ofreciendo
sus fríos brazos
que acogen al
solitario, al insomne,
al asesino;
yo quisiera,
mi amada ciudad cruel
talar tus
falsos brazos de amanecer.
Creando
efectos de luz
entre las
ramas de los árboles,
las farolas
dibujan con sombras chinescas
que suicida
cada madrugada,
en una
pequeña plaza
de estilo
francés.
Son, viejas y
modernas candilejas,
el apoyo del
borracho
que encuentra
su reflejo
en un charco
del asfalto,
el soporte
del bailarín enamorado
que, bajo la
lluvia,
ejecuta un
perfecto paso de baile
cuando en las
ciudades
ya se ha
fugado el sol.
Por eso yo os
rechazo,
cuentas de
rosario hacia el destino.
Porque solo
aspiro al nómada eterno,
al tren que
descarrila
o al auto que
derrapa lejos del fin
y siempre, en
la perfecta esfera detenida,
busca el
hogar,
sin luz que
ilumine el camino.
Hace ya bastante tiempo que escribí este poema y forma parte de la pequeña colección titulada La Ciudad desnuda, publicada en 2013 por Cordelería ilustrada. Se puede descargar el poemario entero Aquí.
Dejo ahora una canción compuesta por Paul Francis Webster y Hoagy Carmichael titulada Lamplighter's serenade y que aquí está interpretada por la orquesta de Glenn Miller. En parte, esta melodía inspiró el poema, por su ambiente deliberadamente nocturno y su letra decadente.
Me has recordado a Jaime Gil de Biedma. Sensacional.
ResponderEliminarBueno, eso son palabras mayores, Álex pero agradezco tus palabras. Ya digo que este poema ya tiene un tiempo. Seguramente lo rescribiría. Pero ahí está tal y cómo se lee en "La ciudad desnuda" Abrazos.
EliminarPrecioso poema. A ver si me paso por el Candy Warhol...
ResponderEliminarGracias Roberto. Avísame si vienes para quedar un poco antes, si quieres. Abrazos.
EliminarSon, viejas y modernas candilejas,
ResponderEliminarel apoyo del borracho
que encuentra su reflejo
en un charco del asfalto,
el soporte del bailarín enamorado
que, BAJO la lluvia,
ejecuta un perfecto paso de baile
o la senda marcada y alejada del río
CUANDO en las ciudades
ya se ha fugado el sol.
Gracias Arantza, por destacar este fragmento. Abrazos.
EliminarMuchos éxitos, estimado poeta. Me encantó la poesía.
ResponderEliminarGracias Karin. Un fuerte abrazo!
EliminarParece que tienes un romance con esa ciudad de rincones oscuros.. a media luz..un bonito poema..tambien decadente como esa pieza musical que es una maravilla, quizás más nostálgica que otra cosa.
ResponderEliminarUn abrazo Marcos
Hola Abril. Esa es la idea del poemario "La ciudad desnuda" Tratar a la ciudad como a una amante, como a una mujer fatal... Gracias por tus palabras. Abrazos.
Eliminarinteresante eso de que la música te inspire un poema... no se si es tan común esa forma ¿no? salu2...
ResponderEliminarHola JLO. Gracias por comentar. La verdad, creo que la música ya es poesía y no hablo solo de las letras de las canciones, que también. Es por eso, que es inspiradora. Abrazos.
EliminarQuerido Marcos, últimamente llego tarde a dejarte mensajes. Muy tarde. Los dos últimos fueron para tus buenos post sobre dos películas: Léolo (cómo me gusta y me impresiona) y El diablo se viste de azul.
ResponderEliminarAhora veo este poema sobre farolas... y que como siempre no solo nos regalas versos sino que nos dejas muchos más significados. Y esas imágenes de las farolas en el cine y en la fotografía... me hacen pensar: qué cinematográficas son... y qué fotogénicas. Y luego escucho esa canción melancólica, y tengo al alcance de mi mano un libro sobre una ciudad desnuda (o muchas ciudades desnudas) y hasta imagino una cita con la poesía... Pero ¿qué mas se puede pedir?
Besos
Hildy
No te preocupes. A mí también me ocurre y a tu blog también llegué ayer, encontrando un montón de jugosas novedades que alimentan mi cinefilia., Te agradezco tu visita y tus palabras. En efecto, las farolas y su efecto (je-je) son muy cinematográficas... Fritz Lang las explotó al máximo, por no hablar de "Luces de la ciudad" de Chaplin o de Otto Preminger... En fin, el cine negro, el expresionismo alemán...van unidos con las farolas. Pues eso, sigamos ocn esos libros de ciudades desnudas y con esa película "The naked city" tan recomendable. Besos.
Eliminar"ofreciendo sus fríos brazos
ResponderEliminarque acogen al solitario, al insomne,
al asesino;"
Muy bueno, si señor!!
Y la canción también :)
Un saludo!!
Gracias amigo Charly. Me alegra que te gustara. Abrazos!
EliminarA las farolas le pasa lo que al cine, cuando son clásicas son mejores.
ResponderEliminarBuenísimo comentario, señor Cahiers, me quito el sombrero. Abrazos!
Eliminar¿Fue bien el altercado poético?
ResponderEliminarSiempre me fijo en las farolas, me gustan mucho, así que has dado en el clavo de mis intereses. El poema es excelente.
Y la música acompaña de maravilla.
Abrazo!!
Hola Luna Llena. Pues, lamentablemente, tengo que confesar que no pude acudir a Zaragoza, al Altercado poético pues se me fastidió el coche. Vamos, una cosa mucho menos poética. Gracias por tus palabras. Abrazos!
ResponderEliminarVaya, lamento mucho lo de tu coche, tuviste una "pana" como llamamos por aquí a las averías. Me encanta el cartel y el poema es muy bueno, me ha gustado mucho ¿Qué sería del cine negro sin las farolas? Películas como "El tercer hombre" no serían lo mismo, o el expresionismo alemán... ¿Y esa imagen icónica de la prostituta francesa apoyada en una farola?
ResponderEliminarAbrazos! Borgo.
Es cierto, Miquel. Incontables son las películas que no serían lo mismo sin la luz de las farolas. "Gaslight", "City lights", "The naked city", "Scarlet Street"...y tantas y tantas. Abrazos, amigo!
EliminarCreo que, para el autor, el poema nunca acaba.
ResponderEliminarAbrazote
Nunca, creo yo. Cierto Jonhan. Abrazos!
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