Todo podría comenzar un día de pesca en alta mar. El agua rodea nuestra embarcación. Mucha agua. De hecho, el agua salada va a estar siempre presente en esta dulce historia histórica para el Cine, más que para la Literatura. Tenemos a dos escritores. Uno escribe novelas y el otro cine. Y hay una apuesta. Nada tiene que ver con los peces que piensan cobrar. El escritor de cine le dice al escritor de novelas: "Podría hacer mi mejor película a partir de tu peor relato". Con el tiempo, el escritor de películas, que fue el que menos pescó aquel día, ganó la apuesta. Así que, al menos, aquel día en alta mar, pescó una gran idea. Por supuesto, era Howard Hawks y así nació la idea de rodar Tener y no tener, adaptando el relato homónimo de Ernest Hemingway.
Los dueños de la
Warner deseaban repetir el éxito que obtuvo la película de
Casablanca de
Michael Curtiz dos años antes, tanto en trama, en ambientación, como en reparto, sobretodo, en lo que se refería al protagonista principal, el antihéroe
Humphrey Bogart y la musa,
Ingrid Bergman. Sin embargo, aquel 1944 la
Bergman protagonizaría
Gaslight (George Cuckor) con cuya interpretación ganaría el
Óscar a la mejor actriz
. Así pues, el productor
Jack Warner sugirió que la protagonista femenina en
Tener y no tener fuera un rostro nuevo y antagónico a
Ingrid Bergman. Y así llegó la debutante
Lauren Bacall que, con tan solo 19 años,
conquistaría, no solo a su compañero de reparto,
Humphrey Bogart, también
a todo el público de
Hollywood que la descubría por primera vez. El director
Howard Hawks ya había quedado prendado de aquella chica que aparecía, con tan solo 17 años, en la portada de la revista de moda
Harper's Bazaar pero, al hacerle una prueba de audición aquel mismo 1941, comprobó que su voz era demasiado nasal y no le convenció.
Lauren Bacall aprendería dicción por los escenarios de
Broadway y en 1944 llegaría su oportunidad para la gran pantalla.
Para crear la película que demandaban en
Warner, Howard Hawks pensó en el que consideraba un gris relato de su colega
Hemingway, Tener y no tener (
To have and have not) El relato transcurría durante la época de la
Gran Depresión y su protagonista ayudaba a un grupo de contrabandistas de armas que trabajan por una causa justa.
Hawks traslada la pequeña historia a la Segunda Guerra Mundial y el lugar exótico donde se desarrollará la trama es la isla de la
Martinica. Por supuesto, el marino protagonista ya no ayudará a unos contrabandistas si no que lo hará a la resistencia francesa frente a la amenaza nazi. Para esta adaptación del relato,
Hawks tuvo como guionistas a
William Falukner y
Jules Furthnanm. Y el resultado ya es legendario. Contiene todos los elementos comunes que ya existieron en la exitosa
Casablanca: lugar exótico
(Casablanca/Martinica), un bar
(Rick's Cafe/Hotel Marquise), tipos oscuros
(Ugarte/Eddie), el pianista
(Sam/Cricket), los heroes fugados
(Lazslo/Paul de Bursac), los villanos
(Strasser/Renard), la heróica resistencia antifascista, los tiroteos y las persecuciones. Quizá
Casablanca sea más brillante que
Tener y no tener pero la película de
Hawks tiene ese mágico primer encuentro en pantalla de
Bogart y
Bacall y es tan potente, tan fresco, tan impactante para aquel 1944 que el resto de la película parece quedar en segundo plano. De hecho, la trama política de
Tener y no tener queda supeditada a la relación entre estos dos actores, la historia de seducción que, definitivamente, se alza como la trama más destacable de la cinta. Finalmente,
Tener y no tener es la película más divertida que existe entre
Bacall y
Bogart, donde la complicidad es tan palpable como la diversión que estos dos actores estaban experimentando, tanto en el plano profesional como en el personal. Y todo este "buen rollo" se transmite al espectador, con una relación sexual verdaderamente moderna para la época y con un ambiente que propicia esta relación. A esta ambientación también contribuyen personajes secundarios como el borrachín
Eddie (Walter Brennan) o el pianista
Cricket (siempre brillante
Hoagy Carmichael) Y todo convierte a
Tener y no tener en un clásico imprescindible.
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Lauren Bacall, Humphrey Bogart, Walter Brennan y Hoagy Carmichael |
Y para terminar, volvemos al principio, porque todo empieza y acaba en el mar, el mar abierto.
Ernest Hemingway compró una casa en
Key West y adquirió un barco. Acto seguido, escribió el relato
Tener y no tener. Años más tarde,
Howard Hawks retaría al escritor a que sería capaz de crear una gran película de su peor relato y lo hacía en alta mar, mientras se disponían a pescar. Y por último
Humphrey Bogart, que podría ser quien encarnara la historia de
El viejo y el mar. Durante la Primera Guerra Mundial
Bogart se alistó en la Marina, destinado en el barco Leviathan. El barco fue atacado y un pedazo astillado rasgó la boca de
Bogart, afectando para siempre su manera de hablar y dejando una cicatriz imborrable, sobre sus labios. Quizá sea por esta traumática experiencia que
Humphrey Bogart se sintió siempre unido al mar. Su idea de felicidad completa, probablemente, sería navegar sin rumbo fijo durante un fin de semana, junto a su mujer
Betty (así llamaba a
Lauren Bacall). De hecho, llegó a comprar un yate (a
Ray Milland) al que puso de nombre
Santana, donde
Bogart y
Bacall pasaron su luna de miel. Por esta razón, cada vez que vemos a
Humphrey Bogart en el papel de un marinero, estamos viendo al
Humphrey Bogart real. Y por eso se desenvuelve como un pez en el agua protagonizando los personajes de películas como
Tener y no tener,
Cayo Largo o
El motín del Caine.
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Betty y su lobo de mar |
Para terminar, quisiera dedicar un pequeño espacio a ese gran músico y entrañable actor que fue
Hoagy Carmichael. Como músico, sobrarían las presentaciones. Fue el autor de melodías imborrables como
Stardust,
Georgia on my mind,
Up the lazy river,
In the cool, cool, cool of the evening,
Skylark,
New Orleans,
Am I blue,
Heart and soul,
Rockin' chair, Lazybones, Daybreak, In the still of the night, The lamplighter's serenade, Two sleepy people, o
The nearness of you. Fue un virtuoso del piano y aficionado a la corneta y su salto a la gran pantalla fue relativamente temprano, en 1937, en una película titulada
Topper donde interpretaba, como no, a un pianista. Fue siete años más tarde, en 1944, cuando llegaría la portunidad de interpretar un papel mayor. Aunque de nuevo se situaba detrás de un piano, en
Tener y no tener,
Hoagy Carmichael ya despliega su encanto como actor en el papel de
Cricket. Siempre intentando animar con su paino la sala de fiestas del
Marquise, incluso cuando hay un cadáver, momento en el que
Cricket pone una cara de resignación y comienza a tocar una suava balada solemne que parece inventada para acompañar al muerto en su último viaje. Y qué decir de su complicidad también con
Lauren Bacall, acompañándola al piano, a pesar de la voz que gastaba la buena de
Betty. Realmente el de
Cricket fue un rol tan entrañable que sería repetido en más ocasiones por
Hoagy Carmichael, por ejemplo, en
Los mejores años de nuestras vidas (como tío
Butch, en 1946) o en
El trompetista (como
Smoke, ya en 1950, donde también desempeña brillantemente el papel de narrador).
Hoagy Carmichael actuaría en un total de trece películas (además de las citadas,
Johnny Angel de 1945;
Canyon Passage, 1946;
Night song, 1947;
Johnny Holiday, donde se interpreta a sí mismo, 1949;
The Las Vegas Story, 1952, donde interpreta a un personaje con un nombre muy singular,
Happy;
Bells on their toes, 1952;
Timberjack, 1955;
The Wheeler Dealers, 1963 y
The man who bought paradise, 1965, para televisión)
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Descanso en el rodaje: Hoagy Carmichael anima el cotarro. Como Bacall y Bogart se pusieran a cantar juntos...la zona podría haber sido precintada. |
Como músico, con decir que fue el compositor de
Stardust, ya bastaría. Es uno de los temas de jazz más versionados de la Historia. Pero, curiosamente, recibió el premio de la Academia por una canción menor, como fue
In the cool, cool, cool of the evening, con letra de
Johnny Mercer, que interpretó brillantemente en pantalla
Bing Crosby junto a
Jane Wyman.
Hoagy Carmichael fue un gran músico, excepcional, aunque su reconocimiento no fue tal si lo valoramos en premios recibidos. Y como actor, es difícil tener un puñado de personajes tan recordados como los suyos, tan entrañables, participando en tan pocas películas y con papeles tan secundarios. Pero
Hoagy lo consigue por su cercanía y por su realismo. En mi opinión, nunca actuó.
Hoagy Carmichael era así y se interpretaba siempre a sí mismo, ya fuera el tío
Buch, el entrañable
Smoke o este sobresaliente
Cricket de
Tener y no tener. Finalizaremos, ahora sí, con una de las canciones que interpreta en la película, la titulada
Hong Kong blues, compuesta por él mismo.
Si hay películas de cabecera, esta es la mía, sin duda. La que inauguró mi blog hace ya siete años (estos días se cumplen).
ResponderEliminarAbrazos.
Sin duda, es una manera inmejorable para ianugurar un blog cinematográfico como el tuyo. Te felicito por esos siete años ¡qué barbaridad! Y te deseo muchos más. Gracias por seguir ahí, Ethan. Abrazos.
EliminarEn la Biblioteca de Jaca sí que saben. Un peliculón.
ResponderEliminarPues sí, una joya, la verdad y un gusto poderla ver en la Biblioteca. Abrazos, Roberto. Pronto te veremos a ti!
Eliminar... te he disfrutado entre Judy Garland que viaja al otro lado del arcoiris, con versos enamorados, buena música, buena literatura, en la orillas del mar por Calabuch, con actores míticos como Betty y Bogart... y escenas inolvidables... ¡con qué fuerza y qué buenos textos empieza el nuevo año en tiempo detenido!
ResponderEliminarBesos
Hildy
Gracias Hildy. Intentaremos mantener la energía de este raudo comienzo. Abrazicos!
EliminarLo que habría dado por asistir a esa Jam Session con Carmichael animada por Bogart y Bacall.
ResponderEliminarHay que ver la que armó esa película casi olvidada que fue "Argel" con Charles Boyer y Hedi Lamarr. Sin ella no se hubiera rodado "Casablanca" ni "Una aventurera en Macao" con Robert Mitchum.
Suerte tenía Hemingway en sus adaptaciones al cine, las películas eran mejores que el libro, al revés de lo que sucede habitualmente.
Abrazos! Borgo.
Sí, curiosa suerte la de Ernest, amigo Miquel. Yo también me he imaginado entre Carmichael, Bacall y Bogar tcon un Martini en la mano, Miquel...¡qué bonito soñar con otras épocas! Abrazos, amigo
EliminarCompletísima entrada. Como echo de menos que esta caja tonta de tele tenga iniciativas interesantes de ese estilo. No me explico todavía la razón de tanta birria de pelis, salvo minúsculas excepciones.
ResponderEliminarSaludos.
Tan minúsculas que casi no se ven, Nury jeje Bueno, nos queda la Historia del cine porque actualmente, me parece que cine poco se crea ya. Abrazos y gracias por pasar.
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