"Su obra continuaba viviendo
como los relojes de pulsera
de los soldados muertos"
(Jean Cocteau, sobre Proust)
Observa.
Desde la perspectiva
ajena
o los ojos del que una
vez fuiste,
trasladado,
más allá del que eres.
Lejos.
Contemplando en lontananza
las ondas que rodean el
paisaje
de los días felices,
ese río.
Desde la interminable
espiral
de un presente
donde cada paso
es cada vez más
profundo,
la dicha,
solo existe ya desde la
nostalgia.
Fuera,
sorteando el castigo
divino,
intenta volver tu mirada
atrás,
ante el ejército de sal,
un segundo,
cuando la guerra se
haya detenido.
Todo es inútil.
No puedes escapar.
El pasado continúa
viviendo
como los relojes de
pulsera
en la muñeca
de todos los soldados
muertos.
El pasado gira y gira queriéndose hacer presente y aunque no lo logra si consigue instalarnos el recuerdo en el calendario que guardamos cosido al bolsillo izquierdo del pecho.
ResponderEliminarGrande poema Marcos.
Un abrazo.
Gran final, querido amigo, querido poeta! Un abrazo
ResponderEliminarGran final, querido amigo, querido poeta! Un abrazo
ResponderEliminarJa, ja. Qué apropiado: hoy ha sido mi primer día de trabajo después de las vacaciones. El reloj, ha vuelto.
ResponderEliminarSaludos.
Realmente lo único que existe es el presente, aunque deshacerse del pasado es casi tan difícil como parar los relojes de los soldados muertos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta.
ResponderEliminarAbrazo!!
Los relojes de los soldados muertos... y pienso en esa escena de Pulp Fiction.
ResponderEliminarNo creo que seamos capaces de vivir sin tener el pasado en mayor o menor medida presente. Precioso, Marcos. Besos.
ResponderEliminarEl tiempo, el condenado tiempo que se escapa como la fina arena entre los dedos...
ResponderEliminarPrecioso, me ha encantado este poema, Marcos.
Un beso.
El pasado no se aleja ni se olvida, va cayendo en el carro del que vamos tirando, y su peso se nota. Buen poema Marcos, un abrazo
ResponderEliminarAhí está, presente e imagino, que forma parte de nosotros, Acróbata. gracias por pasar.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Fran y gracias por tus palabras.
Bueno, al menos me alegro de que tengas trabajo. Eso sí, intenta buscar lugares o momentos para detener el tiempo, Licantropunk. Un abrazo.
Acertadas tus palabras Mucipa. Muchas gracias. Besos.
Gracias Laura!
Muy buena tu mirada cinematográfica Roberto. Un abrazo.
Es cierto Clementine, no creo que sea posible. Besos.
Me alegro mucho, Myra. Gracias por tus palabras. Besos.
Gracias Juan. Me alegra que te guste. Abrazos.
El final me hizo releer de nuevo el poema.
ResponderEliminarHay pasados que nunca se borran y que marcan el tiempo presente y futuro.
Un abrazo enorme, Marcos.
Un abrazo, Laura y gracias por leer y releer.
ResponderEliminarEl pasado siempre está presente. Es inevitable.
ResponderEliminarQue "cada paso sea cada vez más profundo" provoca ¡tanta angustia¡ mejor vayamos por la hierba en lugar del asfalto, que hace mucho calor¡¡ Ojalá la nostalgia nos recordara también las ilusiones que teíamos cuando queríamos "ser" , puestos a recordar por qué no dar un paso atrás más?. Y la música? La tienes en el deván y no la encuentro?
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por pasar Lamia.
ResponderEliminarLa música vendrá, seguramente muy pronto, Jonhan. Sí, no estaría mal volver a la hierba y a Whitman. Demasiado calor para el asfalto. Un abrazo.