Enciende un fuego.
Sus lenguas pueden alcanzar tus labios
aunque la hoguera esté
al extremo opuesto de la habitación.
También mi voz, al otro extremo de la ciudad,
son las manos que te acarician,
el vino que te embriaga,
la pluma que dicta tus palabras.
Déjame ser el sumiller
que amordaza tus manos
liberando
todas tus noches perdidas.
*La canción que suena es The night we called it a day, compuesta por Matt Dennis con letra de Tom Adair, cantada aquí por Frank Sinatra en una de sus mejores grabaciones con Capitol Records, perteneciente al álbum de 1957 Where are you.
*La canción que suena es The night we called it a day, compuesta por Matt Dennis con letra de Tom Adair, cantada aquí por Frank Sinatra en una de sus mejores grabaciones con Capitol Records, perteneciente al álbum de 1957 Where are you.
¡Una maravilla Marcos ! Se quedaria uno horas en éste espacio. No me extraña nada..¡ el tiempo se detiene !
ResponderEliminarUn beso
Gracias Abril! Me alegro que se detenga, al menos, aquí. Besos.
ResponderEliminarQué canción tan bonita y qué poema tan bello e intenso. Muy sentido, he conectado mucho con él.
ResponderEliminarUn beso de admiración, Marcos.
Me dejo mecer por la voz que canta, que susurra, que dialoga conmigo; otra canción que no le conocía (detengo los dedos sobre el teclado porque la música atrae toda mi atención hacia ella: definitivamente, no puedo escuchar a Sinatra y escribir a un tiempo).
ResponderEliminarEl poema trasmite ardor y embriaguez de los sentidos, lo que la pasión es y sólo a veces deja que la poesía atrape. Esta es una de esas veces.
Un abrazo.
Es una de mis preferidas de Sinatra, Myra. Un beso a ti y mi agradecimiento.
ResponderEliminarA mí también me ocure, Juan. Es imposible escuchar a Sinatra y escribir a la vez. El LP "Where are you" merece mucho la pena, en su totalidad. Una obra maestra de 1957. Un abrazo Juan.
Estoy de acuerdo con abril... QUÉ MARAVILLA. Y no me refiero ahora, Marcos, a la canción y a la voz de Sinatra, que también.
ResponderEliminar¿PERO CÓMO PUEDES TRANSMITIR TANTO?
Una entrada con mucha clase. Qué bien que hayas vuelto al mundo de los blogs...
ResponderEliminarEl fuego y el vino, una combinación tan sugerente como tu magnífico poema. Pocas cosas hay tan hipnóticas como observar el fuego al trasluz de una copa de vino tinto. Buen tema de Sinatra. Abrazos. Borgo.
ResponderEliminarHe hermanado tu poema con la radio, una voz sugerente en la oscuridad tranquila de una habitación, de noche, esperando, soñando, añorando...
ResponderEliminarMuy bonito, Marcos
Un abrazo
Pilar
Eres muy amable Clementine. De todas maneras, como dice un buen amigo en su blog, quién pudiera escribir con el mismo abandono con el que canta Sinatra: http://fmaesteban.blogspot.com.es/ Besicos
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Roberto.
Hola Miquel. Una buena combinación el fuego y el vino. A lo largo de Historia han permanecido siempre unidos, de alguna manera. Un abrazo, amigo.
Gracias Pilar. Es una buena opción la de la radio. Me gusta. Besos.
Ah, pues no conocía yo ese disco, tomo nota. Y como digo yo, quién pudiera componer versos con el arte de Marcos Callau. Más besicos para ti.
ResponderEliminar¿Y mi comentario? :(((
ResponderEliminarJooo...
Creo recordar que decía (ha perdido naturalidad) que se me había subido el corazón a la cabeza leyendo tu poema y que la canción de Sinatra acompañaba de maravilla.
Bueno, el poema es apasionado y bello...
Besicos!!
Toma nota, toma. Merece la pena. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias. Para mi, no ha perdido naturalidad, Laura. Te agradezco que repitas el comentario cuando, a la primera, no apareción. Besos.
Tomo nota del disco y prometo escucharlo. De Sinatra conozco lo básico y seguro que su esencia sea mucho más intimista. Fuego, vino y amor, trío de ases.
ResponderEliminarun abrazo
Un abrazo, Juan. Pertenece a la época Capitol que, en mi opinión, es la mejor época de Frank Sinatra.
ResponderEliminar